¡Extra Millón!

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¡Llegamos al millón de lecturas! Segunda historia Ricoy que llega y por eso hoy les traigo un capítulo extra para festejar. En realidad este capi debería ir en los relatos Ricoy, porque tiene spoilers de Herencia Lovelace, pero nos saltamos la regla para esta fiesta.

Puedes leer este relato si...

• No lees la saga.

• Ya leíste Herencia Lovelace.

• No te importan los spoilers.

• Disfrutas de sufrir y reír.

¿Empezamos? Aquí les dejo la más grande razón por la que Pietro y Violette se separaron. Alerta de spoiler en 3... 2... 1...

Cronología de Adler Hoffman

Adler – siete años.

Me perdí o mami se olvidó de mí otra vez. Mami no me quiere. Todo es tan oscuro y tenebroso, tengo miedo. El muñeco que me gané en la feria se me rompió. Se lo iba a dar para que me quiera, pero mami se fue con ese hombre y se olvidó de mí. No debí distraerme jugando, mami va a reprenderme, pero yo quería darle el juguete.

—¡Estúpido, juguete! —grito y lloro.

Una mujer se acerca al ver mi llanto, más personas se aproximan y buscan a mamá, pero no la encuentran. Me llevan con papito que está en casa. Papi se ve furioso, discute con mami cuando ella regresa. Yo me oculto detrás de la puerta, ambos gritan y gritan, yo abrazo a mi muñeco roto.

Cuando dejo de oír ruido fuerte, me levanto y corro hasta mami, le ofrezco mi juguete, pero ella me mira enojada.

—No sirves para nada. —Golpea el muñeco que se cae y rueda en el suelo.

—¡Violette, por favor! —se queja papá—. Primero lo abandonas en la feria y luego le dices esas cosas ¡¿Qué te pasa?! No puedes tirar al niño como basura. Si algún grupo mafioso se entera de que mi hijo anda deambulando solo por ahí, ¿qué crees que va a pasar? Piensa un poco. —Luego de reprenderla se gira hasta mí—. Adler, ve a jugar a arriba, los adultos estamos hablando. —Pone una mano en mi hombro, pero me aparto.

—¡Eso no es hablar, es gritar! —digo llorando.

—Cállate, niño —me reta mamá—. No sirves ni para seguir una simple orden, te dije que te quedaras en ese puesto de juegos y te moviste.

—¡Yo no me moví! —Lloro más fuerte.

—Basta, se acabó —expresa papá y me levanta—. Quiero el divorcio.

No entiendo qué quiere decir con eso, pero me agarro fuerte de papi.

Adler – trece años.

Estos videojuegos son estúpidos, ni parece sangre de verdad. Tiro el mando, busco mi arma bajo mi cama, observo el revólver y recuerdo lo que me enseñó el empleado de papá. Podría dispararle directo en la cabeza a mi madre, al menos eso me dijo el subordinado.

"Imagínate que le disparas a alguien que odias".

Escucho ruido en la planta baja y me levanto, abro la puerta de mi cuarto, entonces espío. Papá sube las escaleras con mamá, se están por revolcar otra vez, quizás ella viene a quitarle dinero como siempre. Podría tirotearla justo ahora. Le apunto mientras se besuquean y como papito está en medio aborto mi intento por matarla.

Ya quiero que ese maldito empleado me enseñe como asesinar, pero mientras tanto golpeo la puerta saliendo del cuarto, evitando que se anden a los besos delante de mí.

La prometida del Alemán (R#6) [Prometidos #1]Where stories live. Discover now