26. Todavía estás herida

16.1K 914 15
                                    

Violette

Yo... yo... ¡Estoy alterada!

No me reconozco, ni que nunca hubiera... bueno, ya se sabe. No puedo entenderlo, es patético ¿Y acaso ese hombre no tiene libido? Se hace el importante y en realidad no hace nada.

¡¿Para qué trabaja tanto?!

No comprendo, no tiene sentido y además, no le afecta que yo... bueno, por ahí, haya tocado cosas indebidas.

¡¿Acaso es inocente o que le pasa?! ¡Así lo viola cualquiera!

―¿Puedes dejar de dar vueltas por el living? ―Oigo detrás de mí y me giro―. ¿Qué? ―Sonríe―. ¿Esperabas otra cosa?

"¡No te vistas!" Siento que quisiera gritar, pero no digo nada, solo me cruzo de brazos.

―¿Qué quieres? ¿No deberías estar durmiendo? ―Frunzo el ceño y siento mis mejillas arder―. ¡Oye! ―grito cuando una toalla cae en mi cabeza.

―Vas a pescar un resfriado si sigues con la ropa mojada. ―Me frota la cabeza con el toallón y no puedo ver absolutamente nada―. Listo, pelo seco. ―Corro un poco la tela y veo su sonrisa otra vez.

―¡No me cuides, yo me cuido sola! ―Retrocedo cuando tengo oportunidad―. ¡Déjame en paz!

―Lo dice la que me atacó en el baño. ―Se ríe―. ¿Eres consciente de que todavía estás herida? ―Me apunta con un dedo―. ¿Qué hiciste con tus vendas? Te comportas como una niña.

―Ah, porque el señor correcto, no es inmaduro. ―Ruedo los ojos―. ¡Sí, claro! ―exclamo con sarcasmo.

―¿Eres mi prometida o una niña de cinco años haciendo un berrinche? ―me provoca.

―¡No, soy una asesina que quiere matarte! ―Intento golpearlo, pero lo evita agarrando mis muñecas en el proceso―. ¡Suéltame! ―Forcejeo.

―Definitivamente eres una niña de cinco años ―repite y me hace caminar en dirección a mi cuarto, entonces abre la puerta―. Ve a dormir ―exige.

―¡Tú no me ordenas! ―le digo irritada―. ¡Déjame salir! ―expreso cuando se pone en medio.

―¿Para qué intentes asesinarme otra vez? ―Levanta una ceja―. No lo creo.

―¿Qué? ―Pestañeo coqueta―. ¿Vas a verme dormir?

―Si es necesario ―expresa seriamente y frunzo el ceño.

―Qué aburrido eres. Vale, tú ganas. ―Muevo la mano en señal de echarlo―. ¡Ya vete!

―Me alegra haber hecho negocios contigo ―dice lo último para irritarme y se retira.

Cierro la puerta con fuerza.

―Aburrido tenías que ser.

La prometida del Alemán (R#6) [Prometidos #1]Where stories live. Discover now