La prometida del Alemán (R#6) [Prometidos #1]

24. El enfermo y la perversa

Violette

Seguimos en la ducha y no pude evitar hacer lo inevitable.

Sí, miré ahí abajo.

No debí hacerlo, pero como dije, fue inevitable.

―¿Me vas a soltar o quieres que te viole? ―cambio mi amenaza y él levanta una ceja―. ¿Qué? ―Ruedo los ojos―. Ya me calenté, no me culpes.

Se ríe.

―¿Y cómo piensas hacer eso?

―Fácil, con un poco de droga ya te tengo a mis pies ―expreso con altanería.

―Qué perversa, irás a la cárcel. ―Parece animado.

―¿Vas a denunciarme? ―me burlo―. Qué poca hombría tienes.

―¿Por vigilarme? ¡Para nada! ―me provoca―. Por tráfico de drogas, obviamente sí.

―Eres un enfermo ―expreso molesta―. Púdrete.

―¿Por arruinar tu provocación? ―Se lo piensa―. Hay mujeres más perversas.

―¡¿Crees que no soy capaz?! ―Me sorprendo.

―La pregunta verdadera es: ¿Te crees capaz de hacer algo así?

Tiene razón, soy asesina, no depravada serial o como se llame eso. Aunque a él sí lo violaría. Debo apagar esta calentura y dejar de pensar bobadas.

―¡¿Cuándo me vas a soltar?! ―me quejo, necesito escapar―. ¡¿Te parece divertido?! ―grito.

―Te voy a soltar cuando descubra cómo hacer para que dejes de hacer estupideces y pienses de manera sensata. Aunque soy un mafioso, sé perfectamente que todo no se soluciona matando ―explica seriamente.

Qué aburrido.