La prometida del Alemán (R#6) [Prometidos #1]

53. Testaruda frialdad

Pietro

Parece que espero una respuesta de Violette que no llega. Se queda ahí, parada, mirándome. Puedo notar la frustración y los nervios en ese gesto que tiene. Sus bonitos ojos verdes me observan sin quitar la vista de los míos. El brillo emana angustia de no saber qué responder.

―Yo... pues... ―Baja la vista y frunce el ceño―. Pues vete ¿Quién te quiere? Que juego más aburrido.

―Al menos dígnate a mirarme. ―Enarco una ceja―. Mínimo, ¿no?

Levanta la vista, respira con agitación, su pecho sube y baja. No puede controlarlo, está frustrada.

―¿Qué esperas? ¡Vete!

―A que cambies de opinión. ―Ladeo la cabeza―. ¿No es obvio acaso?

―No estoy celosa y me iré con quién quiera. ―Bufa―. Así como tú, puedes irte con ese intento de mujer.

―Qué testaruda. ―Me giro―. Vale, me voy. ―La miro de refilón―. Luego no te arrepientas.

Camino en dirección a la habitación.

―Pietro.

Como cuando oigo mi nombre de su boca. Volteo a verla y sus mejillas están rojas, pero no tarda en volver a su actitud normal. Visualizo la sonrisa más falsa que haya hecho.

―Qué lo disfrutes. ―Mueve su cabello con su mano y se gira con aire de diva para retirarse.

―Claro que lo haré ―exclamo fríamente y se detiene.

Creo que a alguien le afectó. Eso le pasa por provocarme. Me giro, retirándome enfadado.