La prometida del Alemán (R#6) [Prometidos #1]

21. Te puedo enseñar

Pietro

Me quedo tildado un momento ¿Está anulando nuestro acuerdo? Esto se me puso en mi contra, en menos de un segundo.

―No puedes, primero porque no deberías viajar en tu condición ―aconsejo―. Segundo, ni lo has pensado ―le recrimino―. Y tercero, no creas que te pagaré ese viaje ―remato muy negativamente y me cruzo de brazos.

Su boca se abre por un segundo y luego se cierra, analizando lo que digo antes de responder.

―Pues, eh... ¡Eso es trampa! ―termina por gritar al no tener argumento para defenderse―. ¡Me estás estafando! ―Presiona sus puños, frustrada.

―Gajes del oficio ―expreso tranquilamente y es ella la que se altera más.

―¡Tú, maldito mafioso, alemán aburrido! ―Apunta con el dedo, diciendo varios insultos a la vez―. ¡No puedes retenerme aquí! ―Aumenta más la voz.

Señalo la salida.

―Ahí está la puerta, si quieres te puedes ir.

Bufa.

―Ya hemos tenido esta conversación.

―Y sigo ganando ―opino.

―Tú... tú... ―No sabe qué decir―. Pues... ―chilla―. ¡Ah, no te soporto! ―Se gira en dirección a la habitación.

―Si quieres volver al oficio puedo enseñarte ―ofrezco antes de que llegue a la puerta.

Se detiene y se forma un silencio, segundos después responde sin mirarme.

―Antes me pego un tiro. ―Se retira rápido.

Mantiene su orgullo, lo que me provoca ponerme a analizar la situación ¿Me he sobrepasado?

Yo no la amenacé.