La prometida del Alemán (R#6) [Prometidos #1]

52. Juega la estafa

Violette

Hemos vuelto a Alemania, pero yo insisto con regresar a mi país. Pietro no me escucha, no atiende ninguno de mis pedidos. Mi padre acaba de morir y a él lo único que le importa son sus negocios. Encima la maldita pelirroja se queda con nosotros en la mansión.

―¡Qué se vaya a un hotel! ―grito.

―¿Alguna vez te vas a callar? ―expresa él frunciendo el ceño―. Tengo muchas cosas que hacer y mañana tengo que levantarme temprano ―aclara.

Señalo en dirección a la habitación a donde fue a hospedarse Lírica.

―Solo cuando se vaya ese esperpento que se hace llamar mujer.

―La necesito ―exclama y de algún modo eso me dolió―. Deja de estar celosa, no te queda.

Me sonrojo y grito.

―¡No estoy celosa!

Sonríe.

―Díselo a tu cara.

―Pietro Hoffman, te haré cavar tu propia tumba. ―Presiono mis puños.

―Si no estás celosa, no te molestará que yo vaya a su cuarto ahora. Se veía desesperada por un poco de atención.

Me sobresalto.

―¿Qué clase de juego es este?

―Cierto, se me fue el sueño, vamos a jugar ―exclama con confianza y de algún modo me acobardo.

―¿Qué quieres decir?

―Te daré dos opciones, admite que estás celosa o deja de serme infiel y yo no iré a ese cuarto a tener relaciones sexuales con Lírica.

―¿Estás de broma?

Su sonrisa se borra.

―Nunca he hablado más en serio, elige ―exige y me tenso.

Trago saliva.

―Yo...

Parece que el reloj corre y no sé qué decir. Me siento estafada.