La prometida del Alemán (R#6) [Prometidos #1]

55. Yo encontraré el tuyo

Pietro

Me titila el ojo. Miro la hora, ya es muy tarde. Me quedé dormido. Alguien tiene la culpa y no soy yo. Momento olvidado, debo irme. Me visto rápido y salgo de la habitación de huéspedes. Oigo un grito, entonces voy hasta la cocina por esta razón.

―¿Se puede saber qué estás haciendo? ―le digo a Violette que forcejea con Lírica con un cuchillo.

La pelirroja la empuja y corre hasta mí, apoya sus manos en la parte superior de mi torso, acercándose a mi cuerpo.

―Sálvame, Pietro. ―Se hace la víctima y luego yo opino.

―Qué olor a yogur.

Se sonroja, se separa y mira al suelo avergonzada, pero luego frunce el ceño, señalando a mi prometida.

―Ella me tiró el yogurt y quiso matarme ¡Está loca!

Sonrío.

―Lo sé.

La castaña la mira enfadada, la rabia se nota en sus ojos.

―¡¿Te pones de su lado?! ―Gira su vista a mí y como siempre se queja.

―¿Por qué no? ―Levanto una ceja.

―¡Soy tu prometida!

―Y mi dolor de cabeza ―agrego―. Ya me voy. ―Me giro y observo a Lírica―. Cámbiate y búscame en el lugar de reunión, necesito esa información con urgencia. ―Cuando asiente salgo de la cocina.

―¡Alemán aburrido, regresa aquí! ―grita Violette y me detengo antes de llegar a la puerta―. ¡Quieto!

―¿Qué? ―Me volteo a verla.

―Eh, pues... ―Queda nerviosa, no pensó que le contestaría.

―¿Sí? ―Ladeo la cabeza sonriente.

Frunce el ceño.

―¡Quiero ir a Inglaterra!

―Te dije que después, es peligroso. ―Me pongo serio.

―¡Deja de controlarlo todo! ―sigue gritando―. ¡No decidas por mí, nunca más!

Frunzo el ceño.

―¿O qué?

Entrecierra los ojos y luego sonríe con confianza.

―Todo el mundo tiene un punto débil y yo encontraré el tuyo.