19. Quedarse en silencio

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Pietro

El médico revisa a Violette en su habitación y dejo de mirarla cuando oigo los pasos de Geert, entonces sonrío.

―¡Me rompiste la moto! ―grita.

―Shh ―dice el doctor.

Mi socio baja la voz.

―No puedes usar esa velocidad ―se queja―. Me rompiste el motor.

Me río.

―Te compraré otra. ―Luego me pongo serio―. ¿Y? ¿Qué pasa con ese tipo? ―refiriéndome al asesino a sueldo.

―No lo mataste, lo llevaremos para interrogar ―se limita a decir, parece que sabe algo más, pero se nota que no quiere contarlo.

―Bien, asegúrate de que sufra ―expreso determinado y él asiente para luego retirarse.

―Listo, he terminado. ―Se me acerca el médico―. Mucho reposo y cambiar las vendas ―indica―. Mañana llévala al consultorio para hacer una placa, aunque no creo que sea necesario, parecen solo heridas exteriores. ―Asiento y se retira también.

Camino hasta la inconsciente Violette y me siento a su lado, al borde de la cama.

―Tú sí que eres una problemática, siempre metiéndote en líos. ―Me acerco a su boca―. Mi fiera indomable. ―La beso.

Me alejo, me toco los labios estando pensativo, me levanto caminando hasta la puerta y la cierro, entonces el silencio quedó en la habitación.

La prometida del Alemán (R#6) [Prometidos #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora