La prometida del Alemán (R#6) [Prometidos #1]

33. Demuestra quién manda

Pietro

Me encuentro sentado en la barra de un bar, esperando al cliente y Geert está mi lado, me mira nervioso. Traga saliva, antes de preguntar. Incluso mueve su camisa y se traba. Hace una mueca hasta que por fin habla.

―Dime qué no estás enojado. Esos son los momentos en los que das miedo.

Miro mi vaso de vodka y entrecierro los ojos, luego sonrío al mirarlo.

―No, aún no. ―Presiono el vidrio entre mis dedos―. Pero lo veo venir.

―¿Quieres...? ―Traga saliva nuevamente―. ¿Contarme?

―No, quiero matar a alguien.

Baja su vista.

―Espero no ser yo.

Me río.

―Claro que no eres tú.

Sonríe.

―Espero que no sea el cliente.

―No es el cliente. ―Niego con la cabeza y tomo un sorbo de mi vaso―. ¿De verdad quieres saber quién es? Ya deberías saberlo. ―Hago una pausa―. Tú lo advertiste después de todo.

―¿Hablas de la fiera indomable? ―pregunta curioso.

―Ya me estoy cansando, he llegado a un punto que siento que no tiene retorno. ―Al final termino casi contándole lo que dije que no haría―. No puedo con esa mujer, estoy perdido. ―Tomo otro trago de mi vodka.

―Quizás... ―Se pone serio―. Estás siendo demasiado amable.

Levanto una ceja.

―¿Tú crees?

―Ponle los puntos, demuéstrale quién manda.

Me río.

―Tú estás loco.

―Eres Pietro Hoffman, un mafioso temido en toda Alemania ¿No dijiste que éramos ineptos por no enfrentar a esa mujer? Pues demuestra que eres el jefe, demuestra tus palabras o te lo advierto. ―Me señala―. Irán contra ti si te ven débil, sabes cómo es este negocio ―aclara recordándomelo.

―Cierto. ―Hago una pausa―. Ahora deja de tomarte tanta confianza que no somos amigos ―le advierto yo también y se sobresalta.

―Lo siento ―exclama nervioso.

Hombre de confianza o no, hasta él me está irritando ¿Pero tendrá razón? Quizás sí esté siendo demasiado amable. No sé, pero debo poner cartas en el asunto y pronto.