Prólogo: Harry James Thompson Me Echó Una Maldición.

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JACOB


— Te estás riendo solo — sonreí mirando a Harry — Adivino, se te desnudó una practicante frente a ti — casi escupí mi whisky y Harry estalló en risas — ¡Lo sabía! — gritó eufórico.

— Mejor preocúpate de Mia, que de mis practicantes me ocupo yo — me sacó la lengua.

— Mi hermosa esposa se encuentra de compras con Stephanie por la Quinta Avenida, Nathaniel viene para acá — sonreí al escucharlo, le encanta recalcar en cada oportunidad que Mia es su esposa, jamás se me pasó por la mente que escucharía a Harry decir la palabra "Esposa" — ¿Y?

— ¿Y qué?

— ¿Cómo que y qué? — me miró enojado — La practicante indecente que se te desnudó, adivino que usó el truco de "Ups me ensucié con sangre tendré que quitarme el uniforme para que no queden manchas" — asentí estallando en risas.

— Ay hombre es que estás tan guapo que te quieren comer hasta con papas fritas — escuché la voz burlona de Nathaniel a mi espalda — Están en la edad, no las culpo, la tan anhelada adolescencia, yo también era así a esa edad — dijo relajado sirviéndose un vaso de whisky.

— La practicante desnudista tiene 28 años, no es adolescente, es mayor que tu esposa de hecho — Nathaniel me miró boquiabierto.

— Ahora entiendo por qué Mia anda tan — Harry se quedó callado concentrado pensando en algo — Y yo que pensé que podría estar embarazada y sus cambios hormonales — dijo decepcionado mirando a la nada, hizo un puchero y levantó la vista, definitivamente es otro Harry.

— Dios me libre de llegar a eso — me burlé y Harry me lanzó un cojín del sofá.

— Ojalá estuviera el abuelo Johnson aquí escuchándote para que te echara una maldición, estoy seguro que sería así como "Te enamoraras de una de tus practicantes" pero con un vocabulario más ambiguo, con palabras que no entenderías hasta que ya estuvieras enamorado hasta las patas.

— Estoy hablando en serio, dios me libre de eso, ¿Sabes en cuántos problemas me metería si me llega a suceder eso?

— Bueno somos expertos metiéndonos en problemas ¿o no? Nosotros no buscamos los problemas, simplemente nos encuentran — Nathaniel lo dijo demasiado seguro y tiene razón.

— Pero haber tranquilízate, busca a la practicante que sigue, a lo mejor es hasta un hombre — dijo Harry relajado  y saqué mi teléfono enseguida buscando el correo de Columbia, me metí a leer ese correo especifico.

— Elena — Harry dio un aplauso — Elena Cruz.

— Es mujer — dijo feliz y boté aire desganado, ojalá no sea como las demás que se andan cambiando el uniforme frente a mi — ¿No te aparece una foto? — negué con mi cabeza.

— Búscala en redes sociales — Harry estalló en risas.

— Le aparecerán miles de Elenas Cruz, idiota — le dijo Harry a Nathaniel burlándose por su idea.

— A entonces mejor hagamos lo que hiciste tú, contrata guardaespaldas y espías hasta que des con información hasta de su tatarabuela, psicopata — le contestó Nathaniel burlándose y Harry le levantó el dedo del medio. 

— !Ay no haré nadaaaaa! — me quejé restregándome la sien — Solo será una practicante más — los demás levantaron sus hombros dándome la razón e hicimos un salud para seguir bebiendo.

Y sin querer queriendo, Jacob Van Janssen acababa de sellar en ese salud, la maldición que salió de los labios de Harry James Thompson.
Señor Van Janssen, prepárese, dicen que los pecados se pagan aquí en vida.

Mi Maldito TormentoWhere stories live. Discover now