Capítulo 37: Qué Tan Duro Te Puede Golpear El Amor.

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JACOB



— Jacob — dijo Elena confundida mirando la caja, los corazones son iguales, se debió dar cuenta enseguida, me miró a mi y perdida, Elena está con una mirada completamente perdida.

— Son los pendientes — dije tembloroso, tragó saliva afectada.

— ¿Qué pendientes? — preguntó Héctor preocupado.

— Elena yo nunca he visto una foto de tu madre.

— Las quitamos de la casa, Elena lloraba cuando se sentaba y comenzaba a observar las fotos — a Elena se le pusieron los ojos llorosos — ¿Por qué? ¿Qué está pasando?

— ¿No tienes una foto de la madre de Elena? — Héctor asintió metiendo la mano en su bolsillo para tomar su tarjetero.

— ¿Qué sucede hijo? — preguntó mamá preocupada. Héctor me entregó la foto y la tomé, se me rompió el corazón al ver a una Elena muy feliz con rostro de niña, una niña feliz, entre sus padres, Héctor sale muy joven, muy diferente, y al lado, María Elena. Miré a Elena.

— ¿Era mamá? — preguntó poniéndose a llorar, asentí, Elena se quebró por completo, la abracé y se hundió en mi pecho llorando de forma desconsolada, todos me miran con un rostro de preocupación inminente, solo hice señas con la mano para que no se preocuparan tanto, que no era nada grave, mientras Elena seguía llorando abrazada a mi.
Me senté con ella, Héctor se acercó con un vaso con agua, Elena comenzó a controlarse, pero le quedan sollozos y suspiros fuertes.

— No doy más de los nervios por favor — dijo Héctor preocupado mirando a Elena.

— Lo siento, no quería preocuparlos — dijo Elena intentando calmarse — Tú dilo, yo no puedo hablar — me dijo despacio, asentí acariciandola.

— Hace muchos años, cuando realizaba la práctica, en una oportunidad atendí a una paciente mujer con Cáncer — los ojos de Héctor se quebraron, debió deducir para dónde va esto — Esa paciente me habló de su hija, ella en ese momento ya sabía que no sobreviviría al cancer, entonces me hablo de estas joyas "Infinity Love" Que existía un par de pendientes, el anillo y el colgante. Que representaban el amor infinito, el amor verdadero. Me dijo que buscaría alguna de esas joyas para regalársela a su hija. Cuando conocí a Elena iba caminando por Manhattan y vi el anillo, pensé en la historia y pensé en Elena, lo compré, solo lo compré pensando en lo linda que era la historia que había tras el anillo. Luego encontré el collar en la gala hace unos días y de los pendientes averigüé que una mujer aquí en Nueva York los había comprado, pero nunca obtuve el nombre de esa mujer.

— Esa mujer era mamá— dijo Elena llorando, sonreí mirándola — Mamá si te conoció — asentí feliz, no había pensando en eso, si conocí a la madre a Elena, miré a Héctor, se estaba secando la lagrimas.

— No sabía qué había dentro de la caja, tú madre sólo me la entregó y me pidió que te la entregara cuando te comprometieras, o si no me hubiese dado cuenta que era igual al anillo y al colgante de la gala — Héctor se puso a reír con sus ojos llorosos — Siempre supe que ese anillo iba con segundas intenciones — Elena rio limpiándose lágrimas — Obvio, qué doctor le regala un anillo así a su practicante — mi madre estalló en risas, también está con sus ojos llorosos.

— Lo siento por mi llanto, es que me emocioné mucho — sonreí apretando a Elena contra mí llenándola de besos en el cabello.

— No te preocupes, es hermoso el destino, aún no me lo creo — dije sorprendido, Elena sonrió de una forma hermosa.

Nos sentamos a comer y papá se excusó para ir a descansar, por lo que nos despedimos de él. Lo llevé hasta su habitación, porque ya ni siquiera puede caminar solo, le está costando mucho moverse, está desnutrido, le cuesta respirar, sé que ya le queda muy poco tiempo.

Mi Maldito TormentoWhere stories live. Discover now