Capítulo 27: El Infierno Del Doctor Van Janssen (Parte I)

3.2K 180 10
                                    

JACOB


Sentí una vibración fuerte, me asusté, estiré mi mano y no la siento, ¿Qué? Abrí mis ojos y Elena se movió asustada por el sonido del teléfono.

— Es mio — dije a duras penas, Elena estiró la mano a la mesa y me lo entrego — ¿Si?

— Señor le recuerdo que tiene una reunión a las 09:00 en el One World Trade Center — bostecé.

— ¿Qué hora es Carlos?

— Las 6:30 señor.

— Voy a mi piso, gracias por despertarme — sin Carlos no sé qué sería de mi, Carlos colgó y Elena tomó el teléfono dejándolo en la mesa — Lo siento por despertarte — negó con su cabeza restregándose sus ojos.

— Lo siento por hacerte dormir tan incomodo, no pensé que tenías que salir tan temprano — la miré con ternura.

— Dormí, hace tiempo no dormía así y excelente, de hecho si tuviera tiempo seguiría aquí abrazándote, aunque estamos en el sofá — me miró sonriendo apoyándose en mi pecho.

— Me gusta estar contigo, me hace bien, me hace feliz — la miré triste — ¿Por qué ese rostro? — negué con mi cabeza.

— Me fui porque no te hacía bien — abrió su boca sin saber qué decir — Dime ¿Él te ha enseñado que el amor es algo lindo? — me quedó mirando fijo sin ni siquiera pestañear.

— ¿Recuerdas esas palabras?

— "Y estoy segura que el hombre que venga después de ti me enseñará que el amor es algo lindo, contigo el amor fue vivir un maldito tormento" — Elena siguió mirándome fijo.

— No sé si me ha enseñado que el amor es algo lindo — respondió agachando la vista.

— ¿Por qué? — pregunté enojado imaginando que el idiota de verdad es un idiota.

Porque no sé si es amor aún — levantó sus hombros rendida mirándome, mi corazón se puso a palpitar con fuerza — Te tienes que ir o llegarás tarde — se levantó del sofá dejándome el espacio para salir.

— Gracias por lo de anoche — negó con su cabeza de forma adorable. Anoche vimos películas, comimos chocolate, nos reímos, y terminamos en el sofá muriendo de sueño, mientras le hacía cariños en su cabello, quedándonos dormidos y confieso que podría hacer esto todas las malditas noches de mi vida.

— No fuiste un maldito tormento Jacob — confesó triste — Sé que lloré mucho, lo admito si, pero es que todo lo que venía de ti me afectaba, decías Hola, me afectaba, no decías Hola, me afectaba — me puse de pie abrazándola por atrás.

— Porque yo no me comporté a la altura preciosa — me tomó las manos acariciandolas, apoyándose en mi pecho y le di besos en el cuello generándole risas, se giró con nuestras manos tomadas y se mordió el labio mirándome, levanté una ceja — ¿Qué piensas? — negó con su cabeza sonriendo y se soltó su labio, la jalé hacia mi y rio apoyándose en mi pecho para seguir riendo feliz mirándome a mis ojos — Dime.

— No aún — sonreí — Cuando me sienta mas segura.

— Está bien — me soltó a duras penas.

— Tienes que irte.

— Tengo que irme — nos demoramos, pero soltamos la única mano que quedaba entrelazada — Estamos hablando preciosa, cuídate — retrocedí mirándola, me lanzó un beso de lejos, fingí atraparlo y me lo llevé al corazón cerrándole un ojo de forma seductora, sonrió y me giré tomando mi chaqueta, sintiendo su risa mientras salía de su piso.








Mi Maldito TormentoWhere stories live. Discover now