Capítulo 3: Mi Héroe.

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ELENA


Me levanté como un resorte de mi asiento poniéndome el delantal blanco.

— Si — entró a mirar lo que estaba leyendo, tomando el libro.

— Es primera vez que veo que alguien le está tomando provecho a estos libros, en horario libre la mayoría duerme o está en el teléfono.

— ¿En serio? Son súper buenos, yo los tenía que pedir prestados en la biblioteca, y aquí están a la mano — sonrío— No sabía que aquí habría material disponible para usar, la verdad me sorprendió.

— Son míos — abrí mi boca sin saber qué decir — Son los que usé en la Universidad, y en casa no los leería, al menos aquí ya encontraron a alguien quien los volverá a usar — me puse roja tomando un mechón suelto que cae de mi flequillo tras mi oreja nerviosa quitándole la vista.

— Gracias — respondí sin saber qué más agregar a la conversación, levantó sus hombros y caminó a la puerta y salí tras él cerrando mi oficina.

— Que bueno que ya van en camino— dijo Lulú acercándose con una carpeta en mano entregándosela a Jacob — Algo huele exquisito — olió acercándose a nosotros mirando el aire.

— Es Elena — respondió Jacob sin levantar la vista de las hojas, completamente concentrado, Lulú me miró sorprendida y me puse roja intentando olerme, ambas nos quedamos calladas, sin decir nada — ¿Y esto? — dijo levantando la vista y Lulú dejó de mirarme, llevando sus ojos a Jacob para responderle y se pusieron a conversar de pacientes mientras caminábamos y subíamos al ascensor.  Volví a intentar olerme, pero no huelo absolutamente nada, no me siento olor a nada.



— Mira Elena, seré bien sincero, hay momentos en que urgencia es tranquilo, situaciones fáciles, caídas, heridas, etc, pero hay en otros momentos en donde las personas llegan armando caos, discutiendo, gritando, fueras de si, sobretodo cuando entran pacientes por accidentes graves, llegan familiares descompensados, peleándose entre ellos, un sin fin de situaciones realmente difíciles — asentí concentrada en sus palabras — Cuándo te sientas expuesta, en peligro o simplemente no te sientes cómoda con una situación te retiras y me buscas — sonreí enseguida, pero Jacob está serio mirándome — ¿Quedó claro? — preguntó amenazante, no está siendo amable, lo está exigiendo.

— Completamente claro señor Van Janssen — respondí de forma educada, solo quiero sonreír por la forma en que me está cuidando, estaba nerviosa por justamente esto, encontrarme con situaciones que no sabría manejar en urgencias, no tengo un carácter tan fuerte.

— Perfecto, entonces entremos — abrió unas puertas y me dio el pase, entré a una sala enorme llena de cortinas azules que cubren los box en donde entran las personas a atenderse por su urgencia — Del mesón que está por acá en el inicio tras esas puertas — me guío por el pasillo infinito apuntándome el inicio y vi unas puertas — Hacen registro de absolutamente toda persona que llega, entonces en el box que tomemos — llevó su mano a mi espalda haciéndome entrar a un box de cortinas azules — Ingreso a mi sesión — comenzó a teclear en el computador iniciando su sesión — Y aquí aparece absolutamente toda persona que se va registrando en el mesón, y lo mágico es que aparece por orden de atención, el sistema te calcula la gravedad de la urgencia y la hora de llegada, y de forma estadística te va apareciendo que persona sigue en atención — me apuntó la pantalla — Tú lo presionas y el paciente ya es tuyo y lo tienes que atender, entonces desaparece para que otro médico, enfermera y paramédico siga revisando la lista de atención y le aparecerá el paciente que sigue, cuando lo abres simplemente aparece los datos que faltan rellenar, nada de otro mundo y luego al finalizar lo cierras y sigues avanzando.

Mi Maldito TormentoWhere stories live. Discover now