Capítulo 15: Perdóname Papá.

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ELENA


Jacob se acercó enseguida intentando sujetarme, pero lo empujé.

— ¡Esto es tu culpa! — dije llorando, no sé cómo sale mi voz, si no estoy respirando, maldita sea mi reloj no deja de sonar, por eso Inés me miró feliz y triunfante, sabía que le pedirían eso a Jacob, y mi reloj no deja de sonar maldita sea, me llevé la mano al pecho — Lo voy a perder todo — cerré los ojos llorando, no siento las piernas.

— Cálmate Elena por dios sabes que jamás lo permitiría — lo miré confundida, estoy entre desmayarme, o mantenerme aquí — Le dije que no Elena — me tomó del rostro y asentí regresando el aire a mis pulmones, me quiero desplomar — Jamás podría hacerte algo así.

— No me sueltes — pedí llorando con miedo de caer.

— Jamás te soltaré preciosa — mi reloj dejó de sonar, Jacob me tomó entre sus brazos y me sentó en el escritorio — Por favor respira, primero cálmate para seguir hablando — acarició mi rostro con sus manos y seco mis lágrimas con sus pulgares, me apegó a su pecho abrazándome, dándome besos en el cabello, se alejó — Iré a buscar agua — negué con mi cabeza agarrándome a su camisa.

— No aún no, no me sueltes aún — me siento indefensa maldita sea, me enojo cuando me siento así de vulnerable.

— Elena — abrí mis ojos enojada, y los ojos de Jacob son de tristeza — Tienes razón esto es mi culpa, siempre ha sido mi culpa, yo soy tu doctor a cargo, yo debía mantener mis manos lejos de ti — las palabras de Jacob suenan a despedida, no, no, no se puede acabar esto así como así, yo estoy enamorada, no puede hacerme esto.

— Pero ya sucedió, ya estamos en estas y aunque sea un maldito tormento amarte, ya lo estoy haciendo — me sequé las lagrimas enojada, Jacob me tomó del cuello y estampó su boca contra la mía, sus besos siempre me llevaran al cielo, pero así es el amor, y esta vez tiene que ganar la razón, lo alejé con fuerza — ¡Basta! — Jacob me miró asustado — Deja de hacer esto, en algunos momentos siento que te importo y en otros no, deja de confundirme, solo queda un mes y medio, solo un mes y medio y esto se acaba para siempre — me sequé lágrimas de rabia de mi rostro, esta vez Jacob me miró enojado.

— Tienes razón — se alejó retrocediendo — Ve y ándate con el de las rosas, total aquí queda solo un mes y medio — cerró de un portazo y me quedé en blanco. Entré a su baño, me limpié el rostro, me sequé bien las lágrimas, me peiné, y salí a mi oficina, tomé mis cosas y me iba a ir directo a casa, pero ya serían muchas faltas en un día, yo no soy así, yo soy educada, responsable, amable, bote aire desganada, me senté en el escritorio y encendí el computador, comencé a escribir el último informe que me falta por entregar, aunque falte un mes y medio, quiero que esto acabe luego, pero ahí me quedé cumpliendo mis horas laborales.

Me quedé dormida sobre el escritorio cuando solo me faltaba la parte final del informe, estoy agotada mentalmente.

Sonó la puerta, me asusté, se abrió y me llevé las manos al rostro intentando limpiarme los ojos para abrirlos.

— ¿Aún estás aquí? — le asentí a Jacob — Elena es pasada la media noche — me levanté asustada de mi asiento, comencé a tomar mis cosas y mi abrigo para irme.

— Me quedé dormida escribiendo informes, no me di cuenta — no lo he mirado a la cara desde que entró, tomé mi bolso y mi teléfono.

— Déjame llevarte a casa, es tarde — suena triste y preocupado, pero esto será igual que todos estos días, pienso que le importo, le digo que si, vuelve a alejarme sin dar explicaciones de todo lo que está sucediendo.

Mi Maldito TormentoTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon