Mi Maldito Tormento

Capítulo 1: El Señor Van Janssen.

ELENA

Sonó la alarma y abrí los ojos feliz, sonreí enseguida levantándome de inmediato de la cama. Me duché y envuelta en toalla comencé a buscar mis prendas favoritas. Mis jeans favoritos, mi suéter favorito, mis botas favoritas y mi abrigo favorito. Hoy será mi día favorito, lo tengo declarado. Cepillé mi cabello y apliqué aceite. Me acerqué al espejo a aplicarme máscara de pestañas, un poco de sombra marrón en mis párpados y un labial nude khaki para resaltar mis labios, mi tono favorito. Tomé un pañuelo de seda de animal print y me hice una coleta con el pañuelo dejando unos mechones de flequillo, me encanta. Llevé un elástico de cabello para tomármelo de forma correcta en el hospital. En mi bolso eché mi uniforme, mis zapatillas Nike blancas, mi bata blanca, mi fonendoscopio, mi credencial universitaria y mi tarjeta de alimentación para usarla en el casino del hospital. Bajé feliz las escaleras y estaba papá esperándome mientras bebía café y leía el periódico.

— ¿Lista? — asentí feliz.

— Lista — sonrió acercándose a la entrada a tomar su abrigo, abrí la puerta para salir y estaba Charlotte esperándome — ¿Qué haces aquí?

— Vengo a desearte suerte en tu primer día en el American United Health — dijo demasiado feliz y chillé de la emoción bajando las escaleras rápido para abrazarla. Charlotte es mi amiga desde que tengo memoria, nos criamos juntas aquí, en el barrio de Williamsburg.

— Tú no deberías estar de camino a la UNY — le dijo papá y Charlotte abrió su boca riéndose nerviosa.

— ¿Usted me pasará a dejar cierto? — preguntó tímida con rostro de inocencia y papá se puso a reír, la abracé más contra mi para que papá diga que si.

— Claro que si — ambas chillamos felices.

Íbamos en el vehículo cantando felices, papá tiene rostro de sueño, yo creo que después de venirme a dejar, se irá a dormir y descansar toda el día. Trabaja de noche, es uno de los barman del local de moda aquí en Brooklyn, justamente ese, el que tiene las mejores vistas de Manhattan. Papá es mexicano, aquí en Nueva York empezó desde lo más bajo con mamá, y ha podido ir creciendo y avanzando gracias a la experiencia de los años y algunos estudios en coctelería. El dinero no nos falta, gracias a que obtuve mi beca para estudiar, sé que la carga económica se alivianó con creces, así que ahora cada vez que tiene días libres me invita a salir a comer y pasar tiempo juntos por Nueva York, a veces voy a su local a estar con él y me regala tragos para que los pruebe, o comida exquisita. Él sabe más de moda que yo, por lo que le gusta acompañarme a los almacenes Macys, a Zara, H&M y ropa de segunda mano por Manhattan, él también aprovecha de comprarse cosas para él, siempre le insisto que no se eche a morir tan joven, con mamá me tuvieron muy jóvenes, papá recién tiene 43 años y es muy atractivo, además de que lleva esa vida nocturna en el cuerpo, siento que aún su alma sigue siendo joven.

Pasamos por la UNY y Charlotte se bajó lanzando muchos besos deseándome éxito y dando las gracias. Casi a la hora después, fue mi turno de bajarme, en el otro extremo de la ciudad, en el final del Upper West Side, entrando a Harlem. Ambos miramos las grandes entradas del hospital y las letras imponentes "American United Health" los nervios se apoderaron de mi, miré a papá y está sonriendo mientras me mira nervioso.

— Eres la mejor — asentí nerviosa tomando con mi mano el dije que tengo colgado en mi cuello que me regaló mamá, un corazón — Sabes que ella debe estar orgullosa de ti Nemo — estallé en risas y sonreí con lágrimas, lo abracé y me dio besos en el cabello apretándome fuerte — Éxito hija, te iré a buscar a una estación de metro si llegas antes de mi hora de entrada — asentí feliz y me bajé del auto.

— Estamos hablando papá te amo — me lanzó un beso cuando cerré la puerta y alcancé a escuchar un te amo. Entré al hospital y los nervios se apoderaron por completo de mi ser. Revisé mi correo en mi teléfono para ver el piso a donde tengo que ir y el número de oficina. El cuarto, la 405.