JACOB
Se giró furiosa a mirarme, quiero reír, ahora entiendo por qué dejó toda su ropa y sus stilettos esparcidos por mi habitación, está usando mi ropa.
— Y te ves aún más preciosa con mi ropa — me mordí el labio mirándola y eso solo hizo que la furia de Elena se elevara — Angel ¿Podemos hablar por favor? — siempre he sentido que cada vez que le dijo Ángel, tiene un eco dentro de ella, baja la guardia.
— No — dijo elevando su mentón — Ya oí todo lo que quería oír, me quiero ir Jacob por favor — Elena está al borde de las lágrimas ¿Qué habrá oído?
— Preciosa — me acerqué dando un paso, pero Elena lo retrocedió, entraron algunas personas al edificio y pasaron directo al ascensor, jamás había tenido esta escena en algún lugar público en mi vida, y no me está gustando para nada — Elena por favor acompáñame para poder hablar — volvió a negar con su cabeza.
— Jacob me quiero ir, solo déjame ir — dijo despacio, porque esta vez bajaron personas de un ascensor, esta vez me lo pidió con lágrimas en sus ojos, no me está mirando a mi, esta con la mirada perdida en cualquier otro punto, maldita sea no quiero soltarla.
— ¿Eso es lo que quieres? — asintió esta vez secándose sus lágrimas, no puedo dejar que se vaya así, en ese estado — No te puedes ir así Elena.
— ¿Ahora te importa cómo me voy? — levanté mis cejas sorprendido mirándola.
— ¿Acaso lo has dudado?
— ¿En serio lo preguntas? — dijo enojada acercándose — Eres un maldito mujeriego que lo único que hace es traer mujeres diferentes a su cama todas las noche — de dónde sacó que yo traigo mujeres a mi cama ¿Qué esta hablando?
— O te subes al ascensor o te subo yo — me miró furiosa cruzándose de brazos — No me pongas a prueba.
— Me encanta ponerte a prueba, me fascina sacarte de quicio y amo hacerte enojar — dijo burlándose — ¿A ver de qué es capaz el señor Van Janssen? — me agaché tomándola en mi hombro enseguida — ¡Jacob! — gritó enojada al caer hacia atrás en mi espalda.
— ¡Te lo dije! ¡Te dije que no me pusieras a prueba! — grité enojado caminando al ascensor, apenas entramos, presioné el botón para cerrar las puertas, estás cerraron y la dejé de pie, intentó arreglarse su cabello, se ve salvajemente hermosa así — ¡Dios por qué eres tan terca! Solo te estaba pidiendo que habláramos.
— Ay perdooooon señor comunicativo que ahora quiere hablarlo todo, quiere solucionar las cosas hablando ¡Después de que me enviaste a volar a la primera! — las puertas abrieron en mi piso, Elena miró atenta, le pareció extraño que las puertas abrieran tan rápido en mi piso, respiré intentando calmarme y le hice el gesto para que bajara, negó cruzándose de brazos, la miré enojado.
— Estas colmando mi paciencia Elena.
— ¿Tienes una? No lo sabía — dijo desinteresada. Hay una sola manera de que Elena entre a mi piso, me acerqué imponente y retrocedió enseguida, soltando sus brazos — ¿Qué haces?
— Intentaré seducirte aquí en el ascensor — me quité mi chaqueta de traje y la lancé dentro de mi piso — Siempre entras a mi piso a punto de un orgasmo, ¿Eso quieres? — comencé a desabrocharme la camisa, Elena abrió indignada su boca mirándome — Que bochorno que las puertas se cierren, el ascensor comience a bajar y las puertas al abrirse nos encuentren en algo subido de temperatura — me quité la camisa lanzándola dentro de mi piso — Con ese cabello salvaje se nota a kilómetros que te hice de todo aquí en el ascensor — me miró enojada empujándome bajándose del ascensor, sonreí, pero Elena antes de bajar presionó el botón para cerrar, se giró con una sonrisa triunfal.
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Mi Maldito Tormento
RomanceElena Cruz es la estudiante más aplicada e inteligente de Medicina en Columbia. Se esforzó cada segundo en lograr su meta: Conseguir su práctica en American United Health, el hospital más prestigioso de Manhattan. Va con su bolso lleno de sueños y...