Capítulo 6: Besos Que Nunca Llegarán (II)

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ELENA


— Elena llegamos — me solté asustada alejándome.

— Lo siento, lo siento — dije algo aturdida intentando reaccionar, Jacob se bajó del auto y miré hacia adelante y recordé que andamos con Chofer — Adiós Carlos muchas gracias y un gusto conocerte — espero haber hablado bien, siento que aún estoy durmiendo y aún estoy asustada por haber despertado.

— Adiós señorita Elena — me sonrió y me bajé del auto intentando no mirar a Jacob.

— Muchas gracias Jacob, de verdad.

— No hay de que — se subió en el auto sin mirarme y boté aire caminando a la entrada de mi piso.


Desperté a las cuatro de la tarde, realmente estaba cansada, me desperté renovada, me estiré en la cama y sentí un hambre voraz. Mi apetito apareció con creces y sentí olores exquisitos provenientes de la cocina. Bajé feliz y estaba papá cocinando, bailando y escuchando música, que felicidad, estoy muy feliz al verlo así.

Esa rubia no me entiende si yo le habla en español, pero se aprendió la canción a la perfección — estallé en risas viéndolo bailar y cantar, papá se asustó mirándome, luego me miró enojado, pero después sonrío negando con su cabeza — No te sentí llegar — dijo mirándome bajar las escaleras — Solo cuando desperté te vi ahí acostada.

— Me gusta esta canción — me puse a bailar a su lado y me sonrió dándome un beso en mi mejilla — Llegue muy cansada, atendí muchos pacientes en urgencias, las horas volaron y no me di cuenta.

— Supongo que tienes hambre — asentí feliz.

— Mucha — sonrió sirviendo platos, hay un mix de carne con verduras, arroz, huele delicioso, así que fue un almuerzo cena, todo junto, conversando y riendo.

Llegué al hospital en la noche sonriendo, mirando a Lulú, pero a Lulú se le transformó el rostro apenas me vio y me asusté por su reacción, algo sucedió.

— Ay no el doctor Van Janssen no te dijo — me puse pálida.

— ¿Qué no me dijo?

— Está enfermo no vendrá y me pidió que le hiciera llegar medicamentos.

— ¿Qué? — Abrí mi boca unos tres metros, o sea que vine hasta acá para nada.

— Ojalá envíe a su chofer, porque yo tengo cosas que hacer — comenzó a sonar mi teléfono, Jacob.

— Señor Van Janssen.

— Por favor no me digas que ya llegaste al hospital — sonreí acabada.

— Estoy aquí — sentí un silencio del otro lado, que estornudó y se limpió su nariz , se escucha realmente mal.

— Lo lamentó Elena, en serio perdóname, lo olvidé — se excusó de forma tierna.

— No te preocupes.

— Te lo compensaré ¿Lulú ya envío mis medicamentos? No sé si pueda enviar a Carlos, si no puede pasar ella, yo creo que le pediré el favor a Ines — mi enojo se disparó imaginándome que Inés le irá a dejar los medicamentos a su piso.

— No los ha enviado — hizo un sonido de desesperación — Si quieres yo podría — lo dije dudando, a lo mejor Jacob si quiere que vaya Ines.

— Si genial, tráemelos tú— respondió rápido y sonreí enseguida.

— Claro yo voy — jejeje adiós Ines.

— Espera, no quiero que te vengas sola, recibe los medicamentos que te entregará Lulú y espera en la cafetería, te llamaré enseguida.

Mi Maldito TormentoWhere stories live. Discover now