Mi Maldito Tormento

Capítulo 10: Nunca Te Rindas Conmigo.

ELENA

Intenté tomar aire, intenté razonar, me afirmé de la isla de la cocina y tomé una bocanada de aire, por fin sentí que entró a mis pulmones, sentí las manos de Jacob que subieron mis pantaletas de encaje negras y me ordenaba la falda, sentí que me abrazó hundiéndose en mi cuello, me giró con fuerza y me siento roja, encendida, nuestros ojos se conectaron y me besó sin perder segundo, mis latidos aún están desbocados, ahora entiendo perfectamente cuando me dijo en su oficina que mis gritos podrían escucharse hasta el menos uno del hospital. Me dejó de besar y volví a intentar respirar, abrí mis ojos de forma lenta, Jacob me tomó del rostro mirándome, me dio un beso en la frente y lo abracé, apoyándome en su pecho, Jacob me abrazó dándome besos en el cabello.

— ¿Estás bien? — asentí alejándome de su pecho. Comenzó a vibrar su teléfono en la isla de la cocina y lo tomó — Si, si, adelante Carlos — colgó— Llegaron las pizzas — asentí sonriendo.

— Necesito ir al baño, vuelvo enseguida — me dio un beso tierno y me soltó dejándome el paso libre así que caminé directo a su habitación. Entré al baño sintiéndome extraña, pero feliz, me miré en el espejo y estoy con el cabello alborotado, estoy roja como nunca y los labios hinchados, pero aún así, me siento hermosa. Oriné, me limpié muchas veces, y me sigo sintiendo rara de cuerpo, es extraña la sensación, no recordaba como se sentía, sentí cosquillas y sonreí. Me giré mirando mi falda y realmente se ve corta sin las medias negras, demasiado corta, me cubre lo justo y necesario, si es que me cubre, nota mental: Nunca usar esta falda sin medias.

Salí al pasillo caminando feliz y Jacob estaba en el salón, vi las coca colas de dieta sobre la isla de la cocina, así que las tomé y las llevé, Jacob me miró y sonrío enseguida.

— ¿Quieres cenar aquí en el sofá? — asentí feliz acercándome a darle un beso. Me incliné a dejar las latas de cola sobre la mesa del salón que está frente al sofá y recordé mi falda, me enderecé enseguida girándome para mirar a Jacob y me estaba mirando fijo. Me tapé la boca avergonzada — ¿No te bastó con hacerlo recién y me quieres seguir provocando? — estallé en risas apoyándome en su pecho y sentí su risa suave, un beso en mi cabello y tomó mi rostro alejándome, enrollé mis manos alrededor de su cintura y Jacob me dio un beso suave.

— Soy muy feliz a tu lado — comenzó a besarme eufórico, retrocedí por el empuje, pero Jacob me sujetó fuerte, de pronto sentí que me jaló y que caí, casi morí del susto, pero caí sobre él, y él sobre el enorme sofá, me soltó de malas ganas.

— La pizza se va a enfriar y estoy muriéndome de hambre — asentí sonriendo, pero volvió a besarme y esta vez me restregué sobre sus caderas, Jacob me volvió a alejar — Por favor preciosa — dijo casi suplicándome que por favor me aleje o si no, no podrá detenerse.

— Si yo también muero de hambre y estás pizzas, son mis favoritas — me levanté de su regazo y me senté al lado, me incliné a tomar un trozo y Jacob hizo lo mismo, me la llevé enseguida a la boca, solo placer para el paladar, amo demasiado las pizzas, sentí que Jacob hizo un sonido de placer y lo miré.

— Está deliciosa — dijo aún con la boca llena, le dio otra mascada a su trozo de pizza y ya va a desaparecer, me puse a reír con mi boca llena y Jacob me miró sonriendo mientras tomaba el control de su pantalla plana buscando alguna película.

— Ay no me puedo mover — quedé demasiado satisfecha, Jacob sigue comiendo a mi lado — Que bueno que te gustaron.

— Están deliciosas, la verdad es que con mis amigos amamos la comida chatarra — lo miré sorprendida.

— Pensé que eras de comidas más saludables, o sea me refiero por el estilo de vida, ejercicio, cuidar tu cuerpo — me miró extraño.

— No — dijo ofendido — O sea no miento que paso mucho tiempo en el gimnasio, pero con la alimentación, un fracaso, amo los chocolates, la comida rápida y beber whisky con mis amigos — sonreí mirándolo — ¿Y tú?