Capítulo 4: Lo Que Haces Sentir Con Tu Presencia.

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ELENA


— ¿Qué sucede? ¿No estuvo bien tu turno 24 horas? ¿No has logrado dormir desde que llegaste? — miré a Charlotte triste y negué con mi cabeza.

— No es eso — se quedó en silencio esperando que hable — Es que cuando estaba en urgencias sentí lo que sentía cuando me daban ataques de ansiedad y hace años que no sufro de uno — Charlotte abrió su boca sorprendida.

— ¿Y qué lo detonó?

— Hay una enfermera que siento que me odia y que la pasare mal en la práctica por culpa de ella  — dije molesta.

— ¿Y el Doc sabe que ella es así contigo? — asentí triste — ¿Y no le dice nada?

— No es para tanto, ellos deben llevar años trabajando juntos y lo seguirán haciendo, deben ser amigos, yo soy la extraña — Charlotte me miró enojada.

— Debes decirle al señor Van Janssen — dijo segura.

— No, pensará que soy débil.

— Nooo, eso no, que sufres de ataques de ansiedad Elena — abrí mis ojos sorprendida.

— Estas loca, él no me dejaría entrar a urgencias ni a cirugías por miedo a desarrollar un cuadro ahí dentro, necesito aprobar este internado para graduarme, luego solo atenderé pacientes en consultas, ese es mi plan, si le cuento sobre mis ataques de pánico, está toda mi vida y mi futuro en juego — Charlotte me miró triste, diciéndome con sus ojos que tengo razón.

— ¿Y qué harás entonces? Hace años que no te sentías así — boté airé desganada.

— Ser fuerte, como siempre — Charlotte asintió más satisfecha y se acercó abrazándome — Sabes, mi Apple Watch me delató, cuando subieron mis pulsaciones muy rápido, comenzó a sonar — me puse a reír y Charlotte igual — Lo tapé enseguida diciendo que era una llamada y salí del box caminando a los baños, ahí me relajé y mi ataque de ansiedad bajó porque me puse a reír pensando en que mi reloj me estaba delatando — Charlotte se puso a reír.

— Bueno, al menos funciona, para eso justamente te lo compró tu padre — asentí. Papá me lo compró solo para activar las notificaciones de pulsaciones cardiacas, descargó una aplicación especial de cuidados del corazón, así estando cerca de mi escucharía cuando mi reloj esté avisando que algo va mal sin tener que decirle nada. Recuerdo que años atrás no tenia el manejo que tengo ahora, años atrás mis pulsaciones bajaban o subían y caía desmayada, y él no alcanzaba a veces a estar alerta o a reaccionar a sujetarme. Cuando compró mi reloj, este comenzó a avisar, se activa cuando tus pulsaciones se alteran estando en reposo, sin actividad física de por medio, así si estuviera en la cocina y yo en el salón, corría, eso veía antes de caer desplomada: A papá llegando a mi lado antes de caer — ¿Y Kate cuándo llega?

— No lo sé, no he hablado con ella estos días desde que entré a práctica.

— Yo tampoco, ya tengo mi cabeza estresada en la univers — se quedó callada — Kate — dijo quieta.

— De ella hablo — respondí mirándola confundida.

— No, Elena, ¡Es Kate! — me sacudió girándome, y venía Kate corriendo con una mano arriba.

— ¡Kate! — nos levantamos de las escaleras del rellano del piso donde vivo con papá.

— ¡Oh por Dios pensé que nunca llegaría! — gritó feliz abrazándonos a ambas y apreté a las dos contra mi, me puse a reír de felicidad.

— ¿Por qué no nos dijiste que volviste?

— Porque quería que fuera sorpresa — respondió muy feliz y nos volvimos a abrazar — Quería que esto fuera una sorpresa — nos enseñó su mano súper feliz y había un diamante en su dedo, abrí mi boca sorprendida y Charlotte no se mueve a mi lado.

Mi Maldito TormentoWhere stories live. Discover now