capítulo 3

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Hacer garabatos en mi cuaderno es mi nueva actividad favorita. No es por exagerar pero siento que ha pasado más de 10 horas desde que entré a clase de historia, que tediosa materia ¡madre de Dios! La profesora es hermosa,en serio lo es, siempre leí en las historias clichés que el profesor de historia es el típico viejo, calvo, barrigón y aburrido con anteojos que habla sin fin en modo automático matando totalmente la diversión de la materia. Ah cierto, que es historia, no es divertida. Observo a mi alrededor y muchos de mis compañeros duermen, otros están ensimismados en sus teléfonos celulares y algunos simplemente, existimos. Suena la campana, bendita campana y todos nos levantamos demasiado de prisa. Tenia hambre y era horario de almuerzo, solo tengo en mi casillero una manzana a medio comer que dejé desde esta mañana, mamá se enfadara si se entera. Agarro mi "almuerzo" y voy camino a un lugar tranquilo. No estoy familiarizada con el colegio aún, además, es enorme, pero si he visto algunas zonas verdes que podrían traerme paz.
Llego al campo de fútbol y están los chicos del equipo en práctica, las porristas también están aquí, y alguna que otras chicas y chicos, ellos gays en su mayoría, todos como fanáticos hormonales de los jugadores. Ignoro a todos y me siento en lo último de las gradas a comer mi manzana. Todo iba muy bien hasta que una sombra me hace alzar la vista.

— Hola, ¿Agatha cierto? — es la chica de la tardanza.

— Si. — medio río para aligerar el ambiente incómodo que siempre suelo crear cuando alguien se acerca.

— ¿Me puedo sentar? — pregunta tímida.

— Claro. — respondo y señalo al sitio a mi lado.

Nos quedamos en silencio por unos segundos, decido dejas de ser una sociópata de una puta vez.

— ¿te llamas?

— Lana... Lana Loaiza. — se acerca y nos saludamos tocando nuestras mejillas, extraño beso, justo así me saludó mi prima Dainelys cuando la conocí. — Y ¿eres nueva en la ciudad?

— Emmm, bueno, es complicado. — si que lo es. — Digamos que estuve ausente unos muchos años, pero ya volví  — en resumidas cuentas.

— Oh bueno pues, bienvenida. — sonríe y mira al frente.

No había notado el alboroto que de pronto se formó en la cancha, todos gritan y animan una pelea. Lana se pone de pie para acercarse y ver qué sucede, la imito. Un chico está sobre otro mientras lo golpea sin cesar. El goloeador trae un uniforme del equipo de fútbol con el número 01. Sus anchos hombros están contraídos y tensos mientras golpea. Leo el apellido que trae grabado su camiseta, "Troll".

— ¡Dios, lo va a matar! — exclamo horrorizada.

— Ay no, se meterá en problemas, otra vez. — Lana sale disparada, voy tras ella.

El entrenador del equipo interviene en la pelea y otros hombres que no reconozco. El chico del numero 01 está fuera de si, demasiado agresivo, es más alto que el profesor incluso y su masa corporal aún mayor, él forcejeó y casi logró soltar el amarre del entrenador, pero rápidamente otros chicos del equipo lo sostienen.

— ¡Cálmate Troll! — le grita su superior.

Está de espaldas a mi pero Dios, puedo imaginar sus gestos de ira, su desesperación por acabar con su presa, sé como es eso, he leído demasiado y tengo la capacidad de crear en mi mente los escenarios de todo lo que ocurre aún sin tener un rostro o una idea de cómo sea la persona, y es justamente lo que me sucede ahora.

— ¡TODOS A SUS SALONES! — grita el director que de un momento a otro está aquí. — ¿NO OYERON? ¡TODOS FUERA!

La multitud se va esparciendo y alejándose. Adolescentes con sed de espectáculo murmuran y hacen comentarios de lo ocurrido, esto es de locos. Es la primera vez que presencio una pelea y es, wow, más intenso que en los libros.

Inefable: Fuera de este mundoWhere stories live. Discover now