Inefable: Fuera de este mundo

capítulo 45

Pov Bruno.

La observo dormida y un pena acompaña el destello de sentimientos que despiertan en mi con solo verla. Se ve pálida y frágil, he querido acariciarla pero ideas tontas como quebrar su piel llegan a mi mente y me detienen. Sus labios están entreabiertos mientras respira y sus manos descansan en su vientre. Con sumo cuidado retiro mis zapatos y despacio intento colocarme a su lado. Gnomo me mira desde el suelo pero vuelve a acomodar su cabecita sobre sus patas y cerrar los ojos. Agatha se mueve pero no se despierta, aprovecho para abrazarla y así como arte de magia, siento por mi cuerpo recorrer choques electrizantes de energía y fuerza.
Cuando me doy cuenta ya sus ojos están abiertos y ella mira el techo, sabe que estoy aquí pero no busca mi rostro, mi temor toma vida.

- Agatha...

- ¿Qué haces aquí? - su voz es débil pero áspera y carente de emociones.

- Vine lo antes posible porque...

- ¿Por culpa o por lástima?

- ¿Qué dices Agatha? - me da un poco de enojo sus palabras. - Moría de ganas de verte y estar aquí contigo. Lo que viste de Nala...

- No me interesa lo que haya pasado entre ustedes.

- Es que no pasó nada, te lo juro.

Se sienta y en el proceso se queja un poco, me pongo en alerta y me siento a su lado.

- ¿Estás bien? - me preocupa sinceramente.

- Quiero estar sola Bruno. - aún no me ha visto a los ojos desde que despertó.

- No me iré a ninguna lado. - la abrazo y es un alivio que no se aleje, aunque no corresponda el gesto. - Nunca más me iré y te dejaré.

Se prolonga un silencio entre los dos, solo se escuchan los sonidos que entran por la ventana desde fuera y luego, el llanto de Agatha. La miro a los ojos y hago que me vea, su semblante es sombrío y las ojeras bajo sus hermosos iris la hace lucir desgastada y triste pero a la vez preciosa y adorable.

- No me curé.

Sus palabras cargadas de tristeza llenan no solo el lugar, también retumban y golpean con fuerza en mi interior. Mi labio inferior comienza a temblar y volteo mis ojos hacia el techo para evitar que las lágrimas salgan. Lucho contra ellas todo el tiempo que puedo, aunque solo haya sido cuestión de menos de un minuto para que el nudo imposible de deshacer en mi garganta me hiciera romper la barrera y hacerme llorar.
Me alejo por vergüenza cuando los sollozos y lamentos son tan fuertes que no los puedo controlar. Siento su mirada en mi, pero no volteo a verla.

<<¿Qué haces Bruno? ¿Es esta tu forma de ayudar a la chica que amas?>>

Su mano está en mi hombro y mi cuerpo se relaja pero el dolor sigue.

- No llores Bruno. - la miro, hace un puchero y rompe ella a llorar.

La culpa me invade y solo quiero abrazarla hasta que se detenga y así cuirar y alejar todo mal de ella.

- Vas a estar bien. - susurro en su oído.

- No. - me mira a los ojos cuando se aleja ligeramente. - No voy a estar bien porque, nada está bien.

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- El doctor Murphy la vio, realizó análisis, no entiende por qué lo que parecía una mejoría solo agravó la situación.

Katy toma un té con mi madre y habla, cabizbaja y con el rostro más triste y roto que he visto alguna vez en mi vida.

- Que te digan que no hay nada que se pueda hacer para salvar la vida de tu hija, es el peor momento que cualquier madre puede vivir Aurora. - llora.