capítulo 9

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Caminar por los pasillos de la escuela como un zombie es mi pasión. Bueno, no lo es, pero, no puedo evitarlo. Por alguna extraña razón pasé toda la noche dándole vueltas a la imagen de Bruno con esa chica, sé que es normal que él tenga chicas a su alrededor, según lo que me han contado Lanna y Day eso es algo que se le da mi fácil, ahora, lo que no es normal que es eso me moleste.

Espera, ¿me molesta?

— ¿cómo me va a molestar algo así? No,nunca, en lo absoluto. ¡AAAAAHHH! ¿Qué te pasa Agatha?

— ¿hablando sola prima?

— ¡Mierda! — doy un brinco cuando Daynelis llega a mi lado.

— Estás muy loca. — se ríe.

Observo a mi alrededor y los pasillos ahora están llenos, o sea que, es horario de recreo, odio los recreos, todos están fuera de los salones, los jugadores de fútbol se ponen coquetos y molestos y peor aún, he presenciado como son de abusivos con algunos chicos débiles. Mi prima me dice que no debo meterme, pero, ¿qué diablo les pasa? Abusar de personas débiles no te hace cool o valiente, solo patético pero, no sé por qué rayos algunos adolescentes no entienden eso.

— Vamos al campo de fútbol. Tengo ensayos. — me dice Day.

— No. — niego de inmediato. Desde esta mañana que llegue al instituto e estado evitando encontrarme con mi vecino molesto.

— ¿Qué harás aquí sola? — me mira.

— No estaré sola,estaré con Lana.

—Esa zorra ya está en el campo. Siempre es la primera en llegar. — pone los ojos en blanco.

— Bueno, iré a leer bajo un árbol. No te preocupes por mi,estaré bien.

Me despido y camino a toda prisa antes de que me detenga o intente convencerme. Salgo por las puertas del instituto y busco con la vista un lugar que pueda ser tranquilo, pero todo lo que veo es tan, ¡Iug! Adolescentes riendo, haciendo bromas pesadas, chicas creyendo que son lo mejor, otros grupos de chicos estudiando, unos cantando y otros fuemando.

《Creí que estaba prohibido fumar en el centro》

Pero como siempre, se creen que pueden hacer lo que les da la gana.
Encuentro un lugar alejado y solitario y me encamino hacia él cuando escucho.

— ¡Agatha!

A la mierda! Es Bruno. Apresuro el paso e ignoro sus constantes llamados. Camino a prisa y siento sus pasos cerca. Volteo a verlo y si, me sigo y no parece planear detenerse. Me paro en seco y él choca con mi cuerpo haciéndome tambalear pero me sujeta.

— Demente. — susurra cuando nos componemos.

— ¿Qué quieres Bruno?

— ¿Por qué huyes? — pregunta viéndome directamente a los ojos. Alejo la vista.

— No lo hago, solo no sabia que venías. — se carcajea.

— Hasta tus escusas son malas. — se burla.

— ¿Qué quieres?

— No irás a la práctica? — ahora parece tímido mientras pregunta.

— No. No me interesa el fútbol ni los futbolistas.

— ¡Autch! — coloca una mano en su pecho.

— Bien,si me permites, tengo una cita con mi soledad.

— Agatha...

Lo enfrento y, no sé que veo en su mirada,solo se que me está consumiendo y poniendo del modo que odio, nerviosa.

Inefable: Fuera de este mundoWhere stories live. Discover now