capítulo 41

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Pov Bruno.

Ya van tres días sin poder verla, tocarla y transmitirle seguridad. La zona en la que la tienen es prohibido el acceso de familiar y personal no calificado. Katy no ha ido a casa ni un día, ha dormido en la sala de espera del hospital en caso de que surgieran noticias. Yo le he hecho compañía, mi madre nos ha traído buena comida y ropa.
Estoy tomando un café cuando Day llega junto a su madre la cual se retira a hablar con Katherin y su hija y yo quedamos a solas. Ninguno dice nada, doy un largo sorbo del café.

— Sé que están juntos. — habla ahora. — No quería que eso sucediera, no después de lo que le hiciste pero, Agatha me dijo algo que me dejó pensando, si solo tiene una vida y no hay certeza del tiempo que podrá disfrutarla, ¿por qué no dejar que lo haga junto a la persona que más bien le hace? Lamentablemente esa persona eres tú.

— Mi intención no era hacerle daño.

— ¿Ah no? — me mira con cara de incrédula. — Destrozas la dignidad de una persona y jodes una vida que prácticamente ha estado jodida durante toda su existencia y me decides que, ¿tu intención no era hacerle daño? — se ríen — Llámame ingenua, pero siento que no estoy al nivel de tu mente futurista que no ve la maldad en tus actos.

En parte sé que tiene razón y entiendo su resentimiento. Desde que Daynelis comenzó en el instituto siempre ha sido conocida por ser una chica extremadamente sincera y espontánea. Antes a penas y había tenido oportunidad de hablarle, solo cuando habían juegos o prácticas ya que desde su primer año de ingreso se ganó el título de capitana del equipo de porristas, indirectamente todos eramos un equipo, jugadores y porristas. La mayoría de los chicos querían intentar conquistarla, pero nunca hizo caso de nadie, solo de un chico de 3ro que se mudó hace mucho tiempo. Harry siempre hablaba de ella, para nadie era un secreto que estaba enamorado de la capitana de las porristas pero, siempre ha sido un chico tímido, de hecho, cuando comenzaron a andar fue difícil de creer que hubiera tenido el valor de declararse.
Cuando Agatha volvió ellas se hicieron cercanas, era de esperarse, son primas y Day la sobreproteje mucho, cosa que no veo mal. Si, hubo un tiempo en que nos comenzamos a llevar bien porque yo también siempre estaba cerca de Agatha, y ahora entiendo su actitud porque, ella también había confiado en mi para hacerle bien a su prima y lo único que hice fue todo lo contrario aunque me cuesta aceptarlo.

— No me voy a justificar Daynelis. Sé lo que hice, también solo yo sé lo que pasaba por mi cabeza en el momento en que acepté ese estupido juego pero, lo que si no permito es que dudes de cuánto amo a esa chica.

— Lo peor es que sé que estás siendo sincero. — se sienta, la observo. — Eres el chico que la ha ayudado a completar su lista de cosas que hacer si o si, aún cuando ella misma dudaba de poder cumplir con muchos de los indicadores de esa lista.

Sonrío al pensar en la bendita lista. Recuerdo que cuando Agatha me vio con ella en la mano casi infarta pero, memoricé cada uno de esos deseos y me planteé en ese mismo momento cumplirlos todos junto a ella. Odio el cine de fantasía y por ella vi Harry Potter, hasta investigué para que se emocionara cuando usara palabras que guardaran relación con la saga, mi corazón palpitaba siempre que se emocionaba por algo tan tonto o pequeño como eso.
Le regalé un cachorro porque uno de sus deseos implicaba adoptar a uno, sabía que amaría a Gnomo a penas la viera, y la selección del nombre me hizo feliz ese día porque, fue su modo de decir que soy parte de ese obsequio. La ayudé a montar en bici aún cuando parecía imposible que aprendiera y quería rendirse, yo no me rendí y sutilmente la obligué a no hacerlo ella tampoco. Le di su primer beso, solo que, en ese momento yo experimentaba el primer beso de amor, así que cuenta como una primera vez para ambos. Viajamos juntos a una isla, me costó trabajo convencer a mi hermano para cambiar todos los planes de su boda que sería aquí en casa. Creo que era la única escusa para viajar con ella a una isla y regalarle ese deseo, estuve ahí y la vi sonreír y mirar ensoñadoramente cada rincón. Confió en mi al punto de, hacer el amor conmigo y perder su virginidad. Ella no sabía de uno de los mayores errores de mi vida que se escondían detrás de esa noche, fui ingenuo, pensé que ese error no se interpondría, y me hizo perderla al punto de casi no poder recuperarla.
Siento que, desde mi posición he intentado hacer que ella viva la mayor parte posible de esa lista. También sé que si comenzó a escribir una historia aunque no me dio detalles de ello. Faltan números por cumplir, y tengo la certeza que cumpliremos juntos.

Inefable: Fuera de este mundoOnde as histórias ganham vida. Descobre agora