capítulo 37

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Me miro en el espejo y hasta yo me asombro de lo que veo. Day llega a mi lado y sonríe ante su excepcional trabajo, me maquilló de un modo que, no parezco yo, es como una versión hermosa y superada de Agatha.

— Estoy...

— Preciosa. — dice por mi y me besa.

— Gracias — le digo tomando sus manos y viendo a sus ojos.

— No agradezcas tonta, solo hice uno que otro detalle. — me guiña un ojo.

— Yo diría que hiciste un milagro. — río.

— Eres la niña más linda que he visto, así que deja de pensar así.

Abrazo a mi prima. Estos días he estado más sensible de lo normal, he dormido en el regazo de mamá, he visto de lejos a Bruno, he repetido muchas veces Harry Potter porque, la incerticumbre de no saber cuando será la última vez que haga todas estas cosas, me ha atacado, y por primera vez creo que, ha comenzado a afectarme esa realidad.

Mamá llega y nos avisa que los chicos ya estaban abajo. Day alza su hermoso vestido que toca el suelo para caminar mejor, ella baja primero y al escuchar su reacción sé que Harry quedó como yo cuando la vi tan espectacular en ese vestido, con la boca abierta. Antes de salir de la habitación miro por la ventana, el auto de Bruno está estacionado en la acera, ahí está desde esta mañana, no ha salido de casa ni un momento, pero la luz de su habitación no se ha encendido en todo el día. Miro al suelo y suspiro, tengo que dejar de hacerme esto, vigilarlo y pensar en él todo el tiempo no es saludable para mi pero, cómo ignorar el choque de vitalidad más grande que he sentido en mi vida?

Bajo y la cara de Nate me hace sonrojar, si sé que me veo hermosa pero, su expresión me hace sentir incluso más que eso. Mamá sonríe y no deja de hacer fotografías desde que salí de la habitación. Trato siempre de sonreír al lente de su cámara, ella me sonríe de vuelta y en sus ojos el brillo del orgullo me hacen sentir especial.

— ¡Wow! Agatha, yo, no tengo palabras. — me dice Nate una vez que llega a mi lado. Me río.

— Vamonos de una vez y terminemos de una vez por todas con esta ridiculez del baile. — finjo mal humor.

— Estás deseando ir, no te hagas. — me codea Day y dice riendo. Tiene razón, ahora, tengo curiosidad y ganas de ir a ese baile.

En el trayecto a la escuela vamos cantando las canciones que salen en la radio. Estamos en el auto de Nate, nunca lo había visto, es un hermoso coche y en realidad huele delicioso por dentro, aunque me fue evidente que roció aromatizante en el ambiente puesto que se le olvidó esconder mejor el frasco.
Cuando llegamos al colegio, los chicos se bajan y corren a ayudarnos a bajar del coche. Miles de adolescentes caminan hacia dentro del instituto y por primera vez no los veo como animales con ropa que es como suelo mirarlos a todos, ahora están glamurosos, bañados y peinados, eso es un logro que no se ve todos los días porque, créanme, los adolescentes apestan, bueno, no todo, yo y mi prima nos libramos de la media, y quizás algunos de nuestros amigos.

El salón quedó incluso mejor de lo que había imaginado, algo bueno tiene el hecho de que mi prima sea una loca perfeccionista, no dejó un detalle suelto y sinceramente logró lo que buscaba, nos regaló un espacio de lujo, moderno y cómodo para nosotros.

— ¡Están hermosas! — Bell, quien trae un bello set de dos piezas en beige llega con cierta emoción hacia donde estamos. — ¡Agatha madre de dios! Pareces una princesa. — su comentario me sonroja.

— Ciertamente está hermosa. — habla ahora Nate.

— Ay, gracias chicos, pero no exageren que luego les agarro asco. — bromeo y todos ríen.

Inefable: Fuera de este mundoWhere stories live. Discover now