capítulo 32

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Agatha.

Mis días se han resumido en estar en cama, llorando, viendo películas, llorando, leyendo un libro, llorando, comiendo a veces, llorando, acariciando a mi perro. Siento que me estoy ahogando y lo peor es que no sé cómo salir de este hoyo sin fondo. Extraño a Bruno, suena tonto o tal vez sea la cosa más estúpida que podré decir en la vida pero, creo que mis días ya estaban acostumbrados a su constante presencia. No quiero pensar en el amor que siento por ese chico, como me enamoré de una mentira, es lo más doloroso de toda esta situación.
Tocan la puerta de la habitación, la cabeza de Day se asoma y sonríe, le hago un gesto para que pase. Se sienta a mi lado en la cama, ninguna de las dos decimos nada hasta que ella decide hablar.

- Llevas casi una semana sin ir al instituto.

- No pienso ir más. Al final, da igual, cuando muera tendría que dejar de ir si o si. - me burlo al final.

- Deja de hacer esos chistes Agatha. - suena molesta.

- Ojalá y fueran chistes. - miro hacia la ventana. No quiero verla y, una vez más, llorar.

- Te extrañamos. - ahora la veo y sonríe. - Harry está afuera, quiere entrar pero siente vergüenza. - río.

- Entra chico Romeo. - le grito para que escuche. Entra riendo, chocamos los cinco.

- ¿Romeo? - pregunta con cierra diversión.

- No existe hombre más romántico que Romeo. - hablo con voz ensoñadora mientras me burlo.

Sinceramente la relación de ambos es envidiable. Estoy feliz por mi prima porque, este chico realmente la ama, es solo ver como sus ojos la miran y ahí te das cuenta que quieres que alguien te mire así todo tu vida, eso es todo lo que está bien para sentirte amado.

Pasamos la tarde aquí, hablamos, los chicos me hacen reír y son una gran distracción. Los tres estamos en mi cama con Gnomo viendo una película de terror. Siento pánico y Day no ha salido de debajo de las mantas. Harry está normal, ni se inmuta, es como si estuviera viendo un partido de fútbol. Come palomitas y a veces hasta ríe de escenas que nos hacen gritar a todo pulmón a mi prima y a mi. Si darnos cuenta se ha hecho muy tarde, afuera está oscuro y llueve.

- Pueden quedarse a dormir aquí. Está lloviendo mucho. - les digo. - Se quedan en mi habitación y yo duermo con mi madre. Peroooo, prohibido hacer cochinadas en mi cama. - les advierto.

Se ríen y yo me uno a ellos. Gnomo ladra cuando el sonido de un rayo nos da la bienvenida.

- Tengo hambre. - anuncia Harry y Day le da un codazo. - ¿Qué hice?

- No es tu casa mi amor. - lo regaña. Él la besa y rápido se relaja.

Los miro con una sonrisa en la cara. Son la pareja perfecta, y aunque no quisiera, mi mente me hace una mala jugada preguntándome por qué, ¿por qué no nosotros? ¿Por qué todo tuvo que ser así?

Hablo a mamá para que suba cena para todos. Day que es una obsesiva del orden, intenta ordenar mi habitación. 《Mi cueva de supervivencia》

Estoy sentada en la ventana viendo hacia afuera, el auto de Bruno no ha llegado, lo vi salir esta tarde y, la lluvia ahora es muy fuerte. Suspiro cuando mi vista va hacia los chicos y hago la pregunta que desde hace días ha estado dando vueltas en mi cabeza.

- En el instituto, ¿lo saben?

Day y Harry comparten una mirada luego mi prima se acerca a mi.

- Hey, pequeña. Qué importa eso. Nadie es lo suficientemente importante como para que su opinión nos afecte.

Inefable: Fuera de este mundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora