CAPITULO 16

391 85 88
                                    




Estaba colocándome el modelito que había decidido llevar esta tarde mientras Carolina me miraba fijamente desde mi cama en la que estaba tumbada. Su mirada me seguía de un lado a otro mientras yo me movía nerviosa por la habitación, había entrado un par de veces al baño para mirarme al espejo y quitarme las arrugas que se habían formado en mis vaqueros. Me arreglé el pelo con las manos sin importarme demasiado como me vieran los demás y me paré frente a ella.

–Creo que todavía no me lo creo. –exclamó sentándose con las piernas cruzadas.

–¿El qué?

–Todo. No me creo que vayas a quedar con él.

–Ya... para ser sinceras, yo tampoco. ¿Crees qué me equivoco?

–Para nada. Creo que haces lo mejor.

–¿Y eso por qué?

–Creo que por primera vez estás haciendo lo que de verdad quieres y no lo que esperan de ti. Y estoy orgullosa de eso.

Y por mal que sonara, llevaba toda la razón. Estaba disfrutando.

–¿Y sabéis ya lo que vais hacer? –preguntó con ilusión.

–Mmmmm, creo que daremos una vuelta.

–Suena bien. Podréis visitar Madrid, pasear, hablar. –hizo una pausa. –Conoceros más...

–Ese no es el objetivo de... –ni siquiera sabía cómo nombrar lo que íbamos hacer. –De la quedada. –terminé por decir.

–¿Quedada? ¿Enserio Ayla? ¡Tú lo que tienes es una cita! –dijo ahogando su grito en el cojín que se había llevado a la cara.

–Punto número uno, por Dios, no grites que te van a escuchar, punto número dos, no es una cita Carolina, solo hemos quedado para dar un paseo, punto número tres, ni una palabra de esto a nadie. ¡A nadie! –la amenacé.

Imitó que cerraba sus labios con una cremallera y sonrió cuando la tiraba.

–Vale, ¿qué pasa si me encuentro con Alex? Es sábado, seguramente esté con sus amigos por ahí celebrando que han ganado el partido de baloncesto.

–No creo que te lo encuentres, sería demasiada casualidad.

–Vale, pero, ¿y si pasa?

–Utiliza mi patada noqueadora. –dijo riéndose, yo la miré enfadada y ella se volvió a reír.

–Lo digo enserio. –dije dejándome caer en la cama con ella.

–¡Y yo también!

La asesiné con la mirada y levantó sus manos como defensa.

–Vale, vale. Estará Oliver, no creo que haga nada, ya sabes, mostrará su lado, romántico y bueno. Si es que lo tienes.

Resoplé.

Salimos juntas de casa y fuimos dando un paseo hasta la cafetería en la que Oliver trabajaba, cuando entré él no estaba, volvimos a salir y Carolina me tranquilizó antes de pagar a un taxi para irse. Me despedí de ella con un fuerte abrazó y me amenazó con deshacerse de mí si no le contaba todo en cuanto volviera a casa

Me senté en uno de los bancos que había enfrente de la puerta e hice tiempo hasta que fueran las siete, había venido demasiado pronto, pero como estuviera un segundo más en mi casa iba a acabar subiéndome por las paredes. Repiqueteé los dedos en el móvil mientras miraba alrededor y suspiré para tranquilizarme. ¿Por qué cada vez que iba a verle me ponía tan nerviosa?

Cuando giré la cabeza a la derecha vi cómo se acercaba con su aspecto despreocupado, iba tranquilo, con las manos en los bolsillos de su chaqueta y con la mirada fijada en mí. Me temblaban tanto las piernas que había decidido ponerme de pie en cuanto le había visto. Le di un beso en la mejilla y sentí su barba pinchar mis mejillas. Olía tan bien que dejaba el rastro a colonia cada vez que avanzaba, se retocó su melena castaña con las manos y retrocedió para separase de mi cuerpo.

–Creo que comienzo a cogerle el gusto a verte así vestida.

–Así vestida, ¿te refieres a unos vaqueros y un jersey? –dije agachando para mirarme el atuendo.

–Exactamente así. Las pocas veces que nos hemos visto ibas o con un vestido que costará muchísimo dinero o con unas medias rositas.

–No te atrevas a meterte con mis medias.

–Para nada. Son muy monas.

Me reí y metí las manos en los bolsillos traseros del pantalón.

–Tu ropa es más original que mi vestido del otro día.

–Has visto, soy un clásico.

–Sí sobre todo tu camiseta azul, es muy...

–Muy ideal, ¿verdad Ayla?

–Iba a decir justo eso.

Caminamos sin ton ni son por las calles de Madrid, no teníamos una ruta fija, por lo que nos limitamos a caminar sin dejar de hablar ni un solo segundo. Paseamos por Malasaña y también por Gran Vía.

–Ayla, párate ahí un segundo. –dijo apuntando unos grandes dibujos que había en la pared. Sacó su móvil del bolsillo y lo colocó para fotografiarme.

–¿Salgo guapa? –dije riéndome mientras la gente que paseaba por la calle me observaba.

–Sales preciosa. Eres, eres preciosa –una sonrisilla se le escapó y pude notar el cosquilleo en la boca de mi estómago.

ESPERO QUE ESTE CAPÍTULO OS HAYA ENCANTADO Y QUE ESTÉIS DISFRUTANDO CON MI HISTORIA🌞🫶🏻🫂✨

YA SABÉIS QUE COMO TODOS LOS JUEVES NUEVOS CAPÍTULOS A LAS 19:00 (hora española)

YA SABÉIS QUE COMO TODOS LOS JUEVES NUEVOS CAPÍTULOS A LAS 19:00 (hora española)

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
EL ÚLTIMO BAILE (EN FISICO)Where stories live. Discover now