CAPITULO 28

230 41 15
                                    




Alguien aporreando la puerta hizo que tanto Oliver como yo nos sobresaltásemos de la cama antes de la hora prevista para despertarnos. Nos miramos alucinados todavía con el corazón a mil por el susto y me levanté de la cama a la vez que él para acercarnos.

Oh no, oh no, mierda, mierda, ahora sí que sí todo se había liado, pero bien.

–Oliver, déjame a mí.

–¡¿Qué?! Ni de coña.

–¿Es quien yo creo que es?

–Exactamente y no quiero que te destroce la cara otra vez.

–Yo tampoco la verdad, ahora que estaba volviendo a su estado natural...

–Déjame a mi ¿vale?

–Si te hace daño usa la patada noqueadora de Carolina. O grita, vendré igualmente a ver como estas.

Me dejó sola frente a la puerta y por primera vez en mi vida no tuve miedo, estaba llena de valor y sabía a lo que me enfrentaba. Giré la llave en la cerradura y abrí.

–¡Eres una mentirosa! ¡Una puta mentirosa! –me gritó.

–Alex. ¿Qué haces aquí? –dije tratando de asimilar todavía sus gritos.

–¡Le mientes a tu madre diciendo que estás conmigo!, ¿y crees que no me voy a enterar?

–Alex. Salimos de fiesta todos juntos y después dormí con él porque te recuerdo, que tú y yo no estamos juntos. Tú, sin embargo, te has tomado las molestias de venir aquí, aporrear la puerta de su piso, despertarnos a las ocho y media de la mañana todo porque, ¿no te dije que me iba de fiesta con mis amigos?

–¡Deberías consultarme las cosas antes de hacerlas por ti sola! ¿Acaso te doy igual? ¿Acaso no soy nadie en esta relación?

–¡No tengo porque consultarte nada porque tú para mí no eres nada! Asi que por favor te lo pido, déjame tranquila.

–Eres una ingenua que cree que va a conseguir que alguien la quiera en esta vida. Pues estás muy equivocada Ayla, porque no vas a encontrar a nadie que te quiera como yo. Y si alguien se acerca a ti no será por conocerte si no por meterse entre tus piernas si es que alguno quiere hacerlo.

–¡Ojalá y no me quieran como lo haces tú! ¡Ojalá de verdad! ¡Eres un maldito loco, alterado, egoísta y celoso que está tan sumamente solo y que busca tener el control sobre los demás! Y para tu información, ahí fuera, fuera de tu puta cabeza, hay gente que de verdad quiere bien, y gente que busca ser y hacer feliz a una persona. ¡Y aquí el único que se va a quedar solo eres tú! Que eres un manipulador. Que me he pasado cinco años de mi vida. ¡Cinco años!, ¡aguantado tus celos, tus comentarios hirientes, tus enfados, y tus estúpidas falsas promesas! ¡Así que, si por algo tengo que ser ingenua, no va a ser por pensar que conseguiré algo mejor! ¡Si me tengo que considerar ingenua por algo será por haber desperdiciado tantos años de mi vida en estar con un ser tan despreciable como tú!

Se quedó ahí parado mirándome fijamente con tanta rabia que sentí hasta terror, aunque me mantuve firme en mi sitio sin decir una palabra. Golpeó la pared y yo retrocedí asustada. No sería la primera vez que los golpes acababan en mí.

–Cuando ese de ahí te falle, volverás a mí.

–Adiós Alex. –dije antes de cerrar la puerta y ver como se alejaba.

Me di la vuelta y caminé por el pasillo hasta llegar a Oliver, quien seguía ahí pasmado observándome atónito. No dijo nada, yo tampoco lo hice, alargué mis brazos y él me cubrió en los suyos. Me abrazó tan fuerte que sentía que nuestros corazones se unían.  Me cubrió como si fuese un tesoro que tratase de guardar Si de alguien había sacado la valentía era de él, y ahora, después de tanto, había podido abrir los ojos y había podido ponerle fin a algo que no me hacía feliz. Ahora solo podía decir, gracias Oliver por enseñarme que hay puntos y finales que continúan en historias diferentes.

EL ÚLTIMO BAILE (EN FISICO)Where stories live. Discover now