A veces llegamos a la última piedra del acantilado y aunque creamos tener la fuerza suficiente acaba derrumbándose haciendo que se nos olvide el gran significado de la palabra vivir. Y eso fue lo que me pasó, hasta que le conocí a él.
Ayla está envu...
Oliver se había encargado de sacar el botiquín que tenía guardado en uno de los cajones de su baño, ahora estábamos sentados uno frente del otro, con las piernas cruzadas en su cama mientras yo trataba de curarle las heridas lo más delicadamente posible mientras se quejaba del dolor cada vez que le pasaba el algodón por alguna de las heridas.
–Auch. Escuece. –se quejó y apretó los ojos con fuerza.
–Será rápido, ya verás, no te enterarás.
Volví a presionar la herida y volvió a saltar.
–¡Ay!
–Es una herida reciente, es normal que te escueza. Dos segundos y acabo.
Terminé de pasarle el algodón por la mejilla irritada y lo recogí todo para tirarlo a la basura. Cuando volví a la habitación Oliver estaba recostado en la cama mirando el techo, me observó fijamente unos segundos antes de tenderme su mano para que me tumbara a su lado, uní mi mano con la suya y me tumbé a su lado dejando una distancia entre los dos.
–Puedo irme al sofá. Si lo prefieres y así descansas esta noche, han pasado demasiadas cosas.
–No hace falta, no te molestaré. –dije colocándome en la esquina derecha de la cama.
–Mejor, porque solo de pensar en pasar la noche en ese sofá me duele la espalda.
Me reí de su comentario y me coloqué de la forma más cómoda posible, giré mi cuerpo y adopté la forma de cucharita, me hice con el edredón que estaba estirando a los pies de la cama y me arropé con el hasta arriba. A mi lado Oliver seguía bocarriba mirando el techo fijamente sin decir nada, en la habitación solo escuchaba su respiración pausada y el sonido de los coches pasar en la calle de enfrente.
–Oliver.
–¿Sí?
–¿En qué piensas?
–En todo y en nada a la vez.
–¿Eso es posible?
–No lo sé.
De nuevo silencio.
–Ayla.
–Dime Oliver.
–¿Qué pasará después de esta noche?
–¿Qué quieres decir?
–¿Volverá todo a la normalidad? ¿Tu irás a clase, a ballet, lo arreglaras con Alex y nos veremos para tomar el café? ¿Será así?
–Yo... no lo sé. –y estaba en lo cierto, no lo sabía.
–Yo no quiero que nada vuelva a la normalidad, y tengo miedo por eso.
–A mí también me asusta. –dije todavía dándole la espalda. –¿Tu qué opinas?
–Yo quiero que no te vayas.
–No quiero irme, Oliver.
–¿Qué?
–Que no quiero dejar pasar algo que me hace feliz.
–Yo tampoco quiero dejarte pasar, campanilla.
Noté como su cuerpo se giraba al otro lado del colchón y tiraba del edredón para cubrirse. Entre medias quedaba un hueco vacío y frío que ninguno se atrevió a acortar por miedo a equivocarse, y aunque ambos deseábamos traspasarlo, ninguno de los dos lo hicimos.
Había sido un día demasiado largo y el cansancio llamó rápido a la puerta. Quise evitar pensar en lo ocurrido y en lo que pasaría después, no quería tener a Alex presente en mis pensamientos, ni siquiera quería tenerle presente. Oliver se durmió enseguida, apenas se movió de la esquina y si lo hizo no me di cuenta, al instante comencé a escuchar sus suaves ronquidos mientras yo seguía tratando de conciliar el sueño. A los minutos, caí rendida yo también.
¿ENAMORADOS DE OLIVER?? YO MUCHO❤️
ESPERO QUE ESTE CAPÍTULO OS HAYA ENCANTADO Y QUE ESTÉIS DISFRUTANDO CON MI HISTORIA🌞✨🫂❤️🩹🫶🏻 YA SABÉIS QUE COMO TODOS LOS JUEVES NUEVOS CAPÍTULOS A LAS 19:00 (hora española)
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