CAPITULO 31

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El frío de Madrid se había quedado atrás y el calor abrasador se hacía paso en la ciudad. Después de dos semanas llenas de presión por fin Carolina y yo habíamos terminado los exámenes finales, y aunque algunos se nos habían dado mejor que otros, ahora nos tocaba disfrutar y olvidarnos de todo.

Habíamos quedado para cenar todos juntos, después de estar semanas sin ver a Oliver podía volver a saborear sus besos y acariciar sus mejillas.

Habíamos decidido ir a una pizzería pequeña que hacía esquina en una de las calles paralelas a la cafetería, me había puesto lo primero que había pillado, unos vaqueros cortos y una camiseta de manga corta blanca que me había regalado Alex por uno de mis cumpleaños.

Quedé con Carolina en la puerta de mi edificio y esperamos a que el coche del bufete de mis padres llegara.

–¿A dónde nos dirigimos? –preguntó Josué.

–A la cafetería de siempre. La que está a dos calles más abajo.

–Últimamente va usted mucho ahí.

–Así es. El café de allí es muy... dulce.

Carolina sonrió tontamente y yo me puse el cinturón.

El coche paró en la puerta y ahí nos estaban esperando Oliver y David mucho más... arreglados que nosotras. Más de lo normal.

–¿Por qué vais así vestidos? ¿Quién se ha muerto? –preguntó Carolina echándose a los brazos de David.

–Tu como no me des un beso. –escuché decir a David.

Me acerqué hasta Oliver, quién seguía callado y yo le rodeé con mis brazos y apoyé la cabeza en su hombro oliendo todo su perfume antes de besarle en los labios.

–¿De verdad creíais que nos íbamos a llevar a una pizzería cutre de un callejón sin luz? –dijo Oliver arcando una ceja.

–Pues... sí. Ese era el plan, bueno, hasta ahora claro. –dijo Carolina.

–¿A dónde vamos?

–Oh. No, no. Es una sorpresa señoritas.

Tiré del cuello de su camisa antes de volver a besarle. Él recorrió mi cintura con sus manos y se separó para besar mi frente.

–Vamos al coche. –dijo David de la mano con Carolina.

Les seguimos por detrás, Oliver había pasado su brazo por mis hombros y ahora caminábamos a la par aferrados el uno al otro.

David condujo hasta un pequeño local del centro, no nos dijo de que se trataba, tampoco que haríamos allí, simplemente nos dejó con la intriga y cuando llegamos a la puerta cruzamos un pasillo sin luz hasta llegar a una sala llena de gente.

Era una pequeña academia de baile de parejas en la que algunos voluntarios salían a acompañar a los profesionales. Llevaba aquí más de treinta años y ni siquiera me había fijado, ahora mismo me parecía gesto más romántico que habían tenido conmigo.

Nos asignaron unos asientos en primera fila y observamos cómo cada pareja trasmitía todo su sentimiento en cada paso, la música que sonaba iba a la par que sus movimientos y parecía algo mágico.

En ese preciso instante los bailarines dejaron de bailar y bajaron al público para reclutar alguna que otra pareja, entre las cuatro parejas que habían elegido, estábamos Oliver y yo. Estaba tan nervioso que en cuanto cogí su mano noté como sudaba, le dediqué una sonrisa mientras subíamos al escenario y nos quedamos parados frente a los espectadores.

–Como ya mucho sabréis. Y si no lo repito. Las parejas reclutadas tendrán que seguir los pasos de las cuatro parejas profesionales. –dijo uno de los chicos con el micrófono.

El público enloqueció y nosotros nos reímos nerviosos ante semejante situación.

Cuando la música sonó, nuestros cuerpos se arrimaron y tratamos de seguir sus sencillos pasos de una forma u otra. Nos pisamos más de tres veces y nos reímos a carcajadas por nuestra descoordinación, Oliver me dio la mano para girar alrededor de él hasta volver a encontrarnos cara a cara y darnos un disimulado beso.

–Bailamos fatal. –dije riendo a carcajadas.

–Sí lo hacemos, pero este baile es más que un simple baile. –dijo él dándome la mano para girar.

Cerré los ojos cuando las yemas de sus dedos acariciaron mi cuello. Le miré a los ojos con amor, con ganas de besarle y con miedo de que todo esto acabara como lo iba hacer este baile.

–¿Por qué? –respondí.

–Porque este baile es entre otras muchas cosas, una forma que tengo de decirte «te quiero».

EL ÚLTIMO BAILE (EN FISICO)Where stories live. Discover now