CAPITULO 22

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OLIVER

Seis días, ese era el tiempo que había transcurrido desde la última vez que la había visto. Seis malditos días sin verla, sin olerla, sin pasear por Madrid con ella, y lo peor de todo, que eso solo hacía que la deseara aún más. No la había vuelto a ver y ella no me había vuelto a escribir. Todo se había esfumado como el humo que suelta el café cuando todavía está caliente. Ahora se había quedado frío y amargo, sin ese sabor dulce que te engancha y hace que quieras más, ahora ya no había eso. Pensé en escribirla, más de una vez, pero ¿para qué?, que iba a cambiar. Al fin y al cabo, David había ganado la primera partida con sus conocimientos sobre el amor, dos personas que están en desigualdad de condiciones no pueden llegar a acabar juntas, vivirían, disfrutarían y se olvidarían como se olvidan aquellas frases bonitas que le dijiste a alguien alguna vez y que no supo qué hacer con ellas.

Tampoco quería pensar que se había olvidado de mí, no éramos ni habíamos sido nada y ni siquiera sabía que sentía por ella, ¿era amor?, eso era imposible, nadie puede querer a alguien simplemente por haber pasado dos o tres días con esa persona, ¿no? Solo sabía que cuando estaba con ella el resto de cosas me parecían insignificantes y que ir al trabajo pensando que ella estaría sentada entre las mesas me hacía comenzar el día con alegría.

Lo que sentía por ella tampoco era atracción, no quería que fuese un polvo de una noche, ella valía más que eso, valía más que cualquier cosa en este planeta. Pero ¿cómo puedes extrañar algo que no has tenido? No tenía sentido, pero lo hacía, claro que lo hacía, la echaba de menos. Esos seis días sin saber de ella habían pasado tan lentos que pensaba que me iba a desesperar tarde o temprano. Pero, ¿cómo iba a quererla?, esa pregunta se repetía dentro de mi cabeza una vez tras otra. Ni siquiera sabía su cumpleaños, ni en qué tiendas compraba ropa, ni cuál era su helado favorito, no sabía nada de ella, y a pesar de todo eso, sentía que la conocía más que a nadie. Y sabía que la echaba de menos, aunque el tiempo que pasásemos juntos fuese mínimo.

–Oliver, que no te haya escrito en seis días no significa que no te piense o se acuerde de ti. –me dijo David mientras abría mi nevera en busca de una cerveza fría.

–Joder. No qué va. Está claro, no quiere hablar, si no me hubiera escrito.

–Pero tú también quieres hablar con ella y tampoco le has escrito.

–Ya pero no es lo mismo... ¿no?

«Era exactamente lo mismo».

–Yo que se tío, no quiero complicarle la vida, suficientes problemas tiene ya. –dije tirándome al sofá agotado.

–¿Y tú cuando has estado con ella que has hecho, darle problemas o evadirla de ellos?

–Ya sabes la respuesta. –me llevé la mano al labio y me arranqué una de las pielecillas que sobresalía.

–¿Y por qué te da tanto miedo quererla bien?

–Porque somos dos personas dolidas en busca de un amor real. Y eso acojona.

Y era cierto conmigo habían jugado, no de la misma forma, pero el dolor había durado y había traspasado alguna que otra capa de algo llamado corazón. A veces maldigo el día en el que confié tanto en ella, la persona por la que había sentido la palabra amor con diferencia, ella se encargó de dejarme por los suelos con el corazón pisado, y joder, yo no quería que eso volviese a ocurrir, quería poder amar a alguien como no lo hicieron conmigo, quería ser su tregua, su lugar donde refugiarse y la persona con la que viviera la vida. Y yo quería lo mismo. Pero todos a los que nos han destrozado el corazón en noventa y nueve pedazos lo saben, cuando se trata de volver a querer a alguien, es una lucha interna contra nosotros mismos y contra el miedo de caer de nuevo en el mismo hoyo de arrepentimientos y pena.

–Sabes que pienso. –hizo una pausa. –Estás tan jodidamente cagado de lo que ella pueda pensar de ti que no eres capaz de mandar un simple mensaje para verla. Y eso querido amigo, es cobardía.

«Sabes que lleva razón, así que coge tu maldito móvil y escríbela».

«¿Y si decide ignorarme?»

«Y si, y si, y si... siempre igual».

No tenía nada de lo que preocuparme, al final era un mensaje entre dos amigos que quedaban de vez en cuando para charlar, era eso, y eso es normal, ¿no? 

«Deja de mentirte a ti mismo».





BUENO BUENO, fin del capitulo 22, sigue bajando que todavía faltan dos. Espero que os esté encantando.💖💖💖

-TODOS LOS JUEVES A LAS 19:00 (hora española) 2 capítulos 🫂

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