Capítulo 15. Vanesa y Elena

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Vanesa llegó primero al restaurante. Se había mojado bastante, pero ya estaba acostumbrada a ir calada hasta arriba. No era algo nuevo en ella. Además parecía que era inmune a los resfriados.

Aún tuvo que esperar a Elena unos minutos, y mientras la esperaba, sus ojos se dirigieron a la pantalla de televisión de sesenta pulgadas que había colgada en una de las paredes del restaurante. Y cómo no, en las noticias ya estaban informando que el cuerpo que habían encontrado en el bosque, era el de Pilar, la chica que había desaparecido hacía ya seis meses. Era cuestión de tiempo de que los periodistas se hicieran eco de la noticia. Además, aún no habían hablado con ellos, por lo que Vanesa tenía claro que darían la noticia manipulando y tergiversando la información, como siempre hacían. Para la inspectora, los periodistas eran como aves carroñeras esperando a que cayera la víctima para atacar. Se ponía enferma cuando algún periodista quería hablar con ella y por eso mismo siempre era García el que se comunicaba con ellos.

Aún no habían terminado de dar la noticia cuando apareció Elena, y ésta dirigió la mirada donde estaba mirando su hermana.

-Vaya, Vanesa, ya estáis jodidos,¿no?

-Sí, sólo estoy viendo, prefiero no oír las tonterías que deben estar diciendo. Sólo saben conjeturar e inventar para su propio beneficio. No han hablado ni con García ni conmigo, así que no sé qué narices están contando a la población. Lo de siempre, vamos. ¿Qué tal, hermana?

-Cansada, salgo ahora de hacer doce horas en el supermercado.

-Bueno, no te quejes, que lo único que haces es papeleo y administración.

-Lo sé. Pero igualmente cansa. ¿O tú no te cansas estando todo el día en la calle y de un lado para otro?

-Sí, Elena. Pero me refiero a que siendo la encargada del supermercado no tienes a nadie que te esté molestando y diciendo lo que tienes que hacer.

-Sí,en eso llevas razón.

-Por cierto, en el caso de la chica que ha aparecido. Hemos tenido que recorrer algún que otro supermercado para encontrar unas bolsas de plástico que sólo vendían en ese supermercado.

-¡Ah! ¿Y por qué no me has preguntado a mí?

-Prefiero no meterte en ésto, ya lo sabes. Sólo en caso de ser necesario. Y me olía que en tu supermercado no las vendían. Un encargado de uno de los supermercados que visitamos nos dijo que él compraba esas bolsas en el supermercado "Ahorro" .

-Joder, que bien, creo que sólo hay dos supermercados de esos en la ciudad.

-Sí. Así es. Bueno, cambiemos de tema, que si quedo contigo no es para hablar de mis casos. Necesito desconectar.

-Perdona, Vanesa. Oye, llegué tarde porque está lloviendo y era imposible aparcar por aquí. Y veo que tú has aparcado lejos, porque vienes toda mojada.

-Calla, el coche murió ya. Tengo que llamar a la grúa para que se lo lleven al taller. No sé si me dirán que me compre otro. Me gustaría mantenerlo. Así que me tocará coger la moto estos días. Sólo espero que deje de llover. Llevamos unos días que dan asco.

-Ten cuidado con la moto. Ya sabes que mamá se pone enferma cuando la coges.

-No me queda otra, Elena.

-Claro que te queda otra, pero no te da la gana de coger transporte público.

El camarero se acercó a las dos mujeres para tomarles la orden, mientras éstas seguían hablando de sus cosas.

-Bueno, Elena, a qué se debe que quieras quedar a cenar conmigo. Hacía tiempo que no lo hacíamos.

-Te recuerdo que eres tú la que siempre estás ocupada con una chica u otra, o con tus colegas. Raro que hoy me dijeras que sí. -Le espetó Elena a su hermana. Iba muy bien encaminada, porque a Vanesa le habían dado ganas de llamar a Marta, la chica del gimnasio. Pero sabía que Elena la necesitaba. Al día siguiente sería viernes y podría quedar con Marta si ésta estaba libre.

-Bueno, sabes que no me gusta ir directa del trabajo a casa.

-Lo sé, Vanesa. Pero ya va siendo hora que superes lo de Sara, hija. Ha pasado un año y aún te da cosa ir por las noches a tu casa porque sabes que no la vas a ver. Joder, por qué no vas a un psicólogo.

-No Elena. Lo empiezo a llevar mejor. Sé que ella no va a volver. Y ahora paso más tiempo en casa, como también en el gimnasio. Estoy intentando no irme después del trabajo a beber con los compañeros. Necesito cambiar de hábitos.

-Vaya, eso no lo esperaba. Y sí, después de un año Sara no creo que vuelva. ¿Has vuelto a saber de ella?

-No, nada. La vi una vez pero de lejos. Ella iba sola. Preferí pasar de ella. No sé cómo lo iba a llevar yo si me dirigía a ella. Preferí hacer que no la vi.

-Bien. Creo que a estas alturas aún te duele el saber de ella o verla. Así que mejor no saber nada de Sara. Por tu bien mental. Por cierto, yo quiero hablarte de Jorge. Quiero dejarlo, estoy cansada de él. Y además creo que ya no estoy enamorada.

Vanesa se sorprendió por lo que le dijo Elena. Su hermana llevaba con Jorge unos cinco años y a sus treinta y cinco años, era el primer novio serio que había tenido.

-¿Por qué?¿Qué te hizo o qué te dejó de hacer?

-Ya no siento lo mismo que sentía por él. Ojo, sé perfectamente que los sentimientos hacia alguien cambian y van madurando con el paso del tiempo, pero es que yo no me veo con él diez años más. Necesito vivir más cosas sin él. Siento que me oprime. Y siento que ya no tengo ni ganas de intimar con él.

-¿Lo has hablado con mamá?

-No. Por eso te he dicho de quedar. Quería hablarlo primero contigo.

-Mamá se disgustará, ya lo sabes. Ella lo adora. Pero pasa de ella. Es tu vida y yo te apoyo.

-Gracias, contaba con eso. Sólo quería que me dijeras si estaba haciendo bien, quizás el tipo de relación con tu pareja, con el paso del tiempo va cambiando y madurando y es normal que ya no lo desee pero hay que seguir por seguir, no lo sé.

-Tú misma lo has dicho. Eso de seguir por seguir no debe ser así, Elena. Estás en un momento de tu vida que necesitas otras cosas por lo que parece, y bueno, si no estás bien con Jorge, él también se merece ser feliz con otra mujer.

-Estoy contigo. Entonces le daré alguna última vuelta al asunto y decidiré más pronto que tarde. A ti ya no te vendrá de sorpresa. Ayúdame con mamá, ¿vale?

-Claro. Cuenta conmigo.

Malasaña I. (5° Historia)Where stories live. Discover now