Capítulo 41. Sobre el caso...Y sobre Vanesa.

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-Lo sabía, Vanesa. A veces pienso que tenía que haber estudiado lo mismo que tú, aunque reconozco que los cadáveres, y conocer la causa de por qué están delante mío en la camilla, me apasiona. Ya de pequeña, si veía por ejemplo un pájaro muerto, me lo llevaba a casa para abrirlo. Lo sé, suena mal, pero...Lo trataba bien, que conste, y luego lo enterraba en algún parque - dijo Olivia cuando todos los ahí presentes la estaban escuchando atentamente.

Vanesa se sorprendió por lo que acababa de decir Olivia. No se esperaba que la forense ya tuviera esa vocación de tan pequeña, y más siendo una profesión tan particular. Y dio por hecho que mientras había algún niño que maltrataba animales, ella se dedicaba a estudiar los cadáveres de esos animales, o lo que quedaba de ellos. La inspectora sabía que Olivia era una mujer peculiar, en cuanto a su forma de ser y a sus gustos, pero también tenía que reconocer que ella misma la encontraba muy especial. Esa noche en particular, estaba más guapa que nunca. Con su bonita y larga melena pelirroja, destellando en sus propios ojos, y cuando la miraba a los de ella, éstos se tornaban de un color casi transparente. A Vanesa le daban una paz que ella misma desconocía, pero que la tenía ensimismada.

-Hubieras sido una buena inspectora, Olivia, no me cabe la menor duda, porque hubieras puesto las mismas ganas que le pones a tu trabajo de forense -consiguió decirle Vanesa sin que pareciese que estaba bebiendo los vientos por ella. Pero en realidad era lo que estaba haciendo, así, sin más.

Olivia se ruborizó cuando Vanesa le dijo eso sin dejar de mirarla fijamente. Esas miradas tan sólo de ellas, decían tantas cosas sin la necesidad de tener que hablar, que aunque fueran las dos mujeres mudas, sus ojos podrían conversar tranquilamente en vez de por sus propias bocas.

-Gracias Vanesa. Entonces, ¿Tenéis al presunto asesino en busca y captura?

-Verás, estamos esperando a que el juez nos dé luz verde para registrar su casa, como también de pinchar el teléfono de su casa porque es fácil que llame a su padre, si ya ha visto las noticias sabe que vamos detrás del asesino. Y su padre puede confirmar que lo estamos buscando.

-¿Y habéis hablado con los vecinos? Tal vez así sepáis dónde puede estar cuando no está en casa de su padre. Además de poder trazar un perfil psicológico de él.

-Sí, mañana domingo pensábamos pasarnos a entrevistar a sus vecinos más próximos. Hoy preferimos no hacerlo porque era probable que su padre nos estuviera vigilando. No nos dio la sensación de que fuera un mal padre, pero ya sabemos que las apariencias engañan. Él nos dijo que su mujer lo abandonó cuando tuvo el accidente pero en realidad sólo tenemos la versión de él y quizás ella lo abandonó por más motivos. Habrá que contrastarlo también.

-Sólo espero que lo pilleis pronto. Me da a mí que puede volver a matar. Como le haya resultado fácil hacerlo y además lo haya disfrutado, veremos lo que tarda en aparecer otro cuerpo.

Vanesa y García sabían que Olivia tenía razón en lo que acababa de decir. El tal Álvaro tenía pinta de ser un perturbado mental y con lo que ya sabían de él, no dudaban de que podía volver a matar. La forense iba muy bien encaminada, y eso que aún no le habían dado detalles tales como que el asesino, al igual que ella, cuando era pequeño se llevaba animales a su casa para abrirlos en canal, pero mientras Olivia lo hacía cuando ya estaban muertos, éste los abría estando vivos.

En un momento dado, Vanesa se fue al baño mientras Olivia, Rosa y Marco seguían hablando del caso. Cuando la inspectora salió del baño, se dirigió a la habitación de Paola. Muy a su pesar, ella disfrutaba de la compañía de los hijos de su compañero. Pero no lo reconocería delante de él porque sería capaz de llevarle a su casa a los tres niños para irse por ahí con Rosa de velada romántica. Y por ahí ella sí que no pasaba. Amaba la tranquilidad que le daba su propio hogar. Y si metía a esos mocosos en su casa, esa tranquilidad se iría completamente al traste. O eso pensaba ella.

-Hola Vanesa. Puedes quedarte conmigo si te aburre hablar con los mayores. Yo te entiendo perfectamente.

Vanesa rió con lo que la niña le dijo. A veces era mejor estar con niños que según con qué adulto. Ella amaba la inocencia que tenían los niños, porque luego cuando éstos se hacían mayores, esa inocencia se esfumaba como por arte de magia. Tenía razón Paola. Pero en ese caso no. Ella disfrutaba mucho con la compañía de los padres de la niña, y cómo no, con la de Olivia especialmente.

-Sabes Paola, es verdad que me gusta mucho estar contigo.

-Y a mí contigo. ¿Te cuento un secreto? De mayor quiero ser como tú. Inspectora de homicidios. No sé si seré tan guapa y fuerte como tú, pero, lo voy a intentar. Mi papá me ha dicho que eres la mujer más valiente que él ha conocido nunca. Y que eres la persona en la que más confía del cuerpo de policía.

Vanesa se tensó.¿Eso pensaba García? Nunca antes habían hablado de lo que pensaba su compañero de ella, así que le sorprendió mucho que Paola quisiera ser como ella cuando fuera mayor. Además, eso de que García confiaba más en ella que en los demás, sí le llegó al alma, aunque se lo podía llegar a imaginar, porque ese sentimiento era mutuo.

Justo Olivia se levantó de la silla y fue a buscar a Vanesa para preguntarle si quería irse ya, puesto que para la forense ya era algo tarde y al día siguiente quería madrugar para aprovechar el día de domingo. Cuando iba por el pasillo que llevaba a las habitaciones de los niños y al servicio de invitados, escuchó la voz de Vanesa hablando con Paola, la hija mayor del matrimonio, y aunque ella no quería poner oído a la conversación que estaba teniendo la inspectora con la niña, no lo pudo evitar y se apoyó en el marco de la puerta, pero ni Paola ni Vanesa la podían ver a ella.

-Paola, tu papá es el mejor compañero que me ha podido tocar. Nos llevamos a las mil maravillas, nos entendemos, nos escuchamos y nos respetamos. Y puedes estar muy orgullosa de él, ¿Sabes? Él es un gran hombre.

-Lo estoy, Vanesa. Además es un padre magnífico. No lo cambiaría por ningún otro. Pero él me dice que te ve muy apagada y que has cambiado mucho. Que ya no eres la misma que antes. ¿Es por lo de Sara?

Vanesa palideció. No tenía ninguna gana de hablar con una niña de once años, sobre el vacío que le había dejado Sara cuando la abandonó. Así que prefirió mentir a la niña.

-No, Paola. Sabes que la vida adulta es complicada. Tenemos mil y un problemas y no es fácil enfrentarnos a ellos. Cuando seas mayor ya te darás cuenta de lo que te estoy hablando, aunque tus papás ya te habrán hablado de lo que es ser adulto.

La niña se quedó pensativa. Estaba muy atenta a lo que la inspectora le estaba diciendo. Hasta que se animó a hablar y compartir con Vanesa su propia hipótesis.

-¿No será que te gusta Olivia? Porque he visto cómo os miráis, y parece que sois pareja. Cualquiera lo ve.

Vanesa se maldijo por haber entrado en la habitación de Paola. ¿Quién le mandaría haberlo hecho? Y ya le había mentido una vez con la pregunta que le hizo de Sara. No quería mentirle dos veces así que intentó ser sincera con la niña.

Malasaña I. (5° Historia)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora