Capítulo 59. Preocupados por Vanesa.

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Vanesa seguía llorando en las escaleras de ese edificio. Hasta que finalmente dejó de hacerlo, se maldijo así misma y por fin consiguió salir de allí. No se veía muy capaz de coger la moto pero necesitaba coger aire. Incluso llegó a pensar en meterse en el primer bar que encontrara y emborracharse. Lo necesitaba. La cabeza le iba a explotar. Estaba asqueada y no dejaba de pensar en Isabel y en su padre llorando, y para colmo éste culpándola de lo ocurrido.

Después de pensarlo mucho, desechó la idea de querer meterse en un bar y consiguió arrancar la moto, a pesar de lo que le dolía la mano por el golpe que había dado en la pared. Sabía que no era el momento para ponerse a beber. Tenía mucho trabajo por delante y las familias Fernández y Quintanilla la necesitaban en perfecto estado. Se debía a todos ellos. Así que decidió que se perdería por un rato hasta que consiguiera relajarse y pensar más fríamente. En ese momento no estaba para nada ni para nadie. Sabía que García ya habría conseguido todo lo que necesitaban del juez, y también sabía que su compañero no tardaría en mandarla al anatómico para que se encontrara con Olivia, para recabar información de la autopsia y para que las dos mujeres se reencontraran y arreglaran sus diferencias.

En efecto, García, consiguió que el juez le diera luz verde a todo lo que ellos necesitaban y habían solicitado. El juez sí había visto indicios de que los policías tenían al posible asesino tanto de Pilar como de Isabel, y al igual que ellos, quería verlo entre rejas cuanto antes, porque la cosa se estaba poniendo bien fea. Por lo que les autorizó pincharle el teléfono al padre de Álvaro, como también hacer un registro exhaustivo de la casa para poder recabar pruebas y asegurarse de que estaban ante el asesino de las dos jóvenes, y también pusieron al hombre en busca y captura. Por fin lo iban a acorralar e iban a acotar el cerco. Pero sabían que los medios de comunicación se iban a hacer eco de la noticia y cuando lo hicieran público, Álvaro se escondería. Su fotografía iba a salir en todos los medios. Toda la ciudad iba a tener los ojos bien abiertos sabiendo que el asesino de esas dos chicas se encontraba entre ellos. Los policías esperaban que el hecho de que éste se escondiera, no llevara a provocar otro posible asesinato, porque eso terminaría por trastocar a Vanesa, y ella necesitaba estar fuerte para hacer frente a todo lo que se avecinaba.

García llamó a su compañera a su teléfono móvil, para decirle que ya podían activar todo lo que necesitaban y habían pedido, pero Vanesa no le cogió la llamada, por lo que él siguió insistiendo después de unos minutos, pensando que aún podía estar ocupada con la familia Fernández. Pero cuando dejó pasar media hora y ella seguía sin contestar a sus llamadas, comenzó a preocuparse e impacientarse. No conseguía dar con ella y eso no era propio de su compañera.

Al final se dirigió a comisaría para poner en marcha con su equipo de investigación, todo lo que había hablado y acordado con el juez, puesto que no podían perder más tiempo. Pero seguía inquieto por no dar con Vanesa.

Al rato de estar en su despacho, Olivia lo llamó.

-Hola Marco, ¿Te pillo en buen momento?

-Claro, siempre tengo tiempo para ti, dime.

Olivia notó raro a su amigo y se lo hizo saber.

-Marco, ¿Está todo bien? Te noto algo tenso.

-¿Eh? Sí, perdona Olivia. Estoy en comisaría. Llevo casi una hora intentando localizar a Vanesa y no doy con ella. Desayunamos juntos en la cantina de Pepe y luego nos dividimos el trabajo para agilizar todo. Ella se fue a hablar con los padres de Isabel y yo con el juez. Total que ha tenido toda la mañana para hablar con esa gente, y la estoy llamando pero nada, no me coge el teléfono.

Olivia comenzó a impacientarse, al igual que Marco. No quería por nada del mundo que le pasara nada malo a la inspectora. Ella quería hablar con Vanesa y no podía hacerse a la idea de que le hubiera ocurrido algo.

-¿Eso no es normal en ella, Marco?

-No, Olivia. Ella siempre tiene el móvil operativo. Da señal pero no lo coge. Es muy raro en ella que se encuentre inoperativa.

-Bueno, te pido por favor que me digas algo cuando sepas algo de ella. Necesito saber que está bien, ¿Me lo prometes?

-Sí, tranquila. Gracias Oli. ¿Ya has hecho la autopsia?

-Sí, por eso te llamaba, para que os paséis cuando podáis. También llamaré a los padres de la chica. Así que se pasen a confirmar que ella es Isabel.

-Perfecto. Entonces en eso quedamos. Luego nos vemos.

-Gracias Marco - le contestó Olivia, y colgó la llamada.

Olivia se quedó preocupada por lo que le había dicho su amigo. ¿Habría tenido un accidente con la moto? Su cabeza comenzó a pensar en diversas situaciones acerca de lo que le podía haber pasado a la inspectora. Sólo esperaba que Vanesa estuviera bien. Necesitaba tener la cabeza ocupada para no pensar en ella, por lo que se dispuso a trabajar en otro de los cadáveres que tenía por abrir. Si en un rato Marco no la llamaba, acabaría haciéndolo ella, a Marco o incluso era capaz de llamar a Vanesa. Los nervios la estaban carcomiendo por dentro. Joder, a esas alturas la inspectora le importaba, y mucho.


Cuando por fin Vanesa se encontraba más tranquila, paró la moto a un lado de la carretera y miró su teléfono móvil. Tenía varias llamadas de su compañero, por lo que decidió llamarlo, y cuando éste vio que su compañera por fin le estaba devolviendo la llamada, suspiró tranquilo y con ganas de darle un manotazo a su amiga si en ese instante la tuviera enfrente de él.

-Joder Vanesa, ¿Dónde cojones has estado? Espero que tengas una buena excusa para haber desaparecido tantas horas. Se supone que sólo debías darle la noticia a la familia Fernández. Y sabes todo lo que tenemos que hacer y lo que nos ha caído encima.

-Lo sé, García, y te pido perdón. Sabes, me ha afectado más de lo que yo pensaba el darle la noticia al padre de Isabel. El hombre se encontraba en su casa solo, con su hijo de unos diez años de edad.

-Joder, ¿Y para que estoy yo? ¿Por qué no me has llamado?

-Porque estabas con el juez. No era momento de sentimentalismos, García. Lo primero era lo primero.

-Sí, tienes razón, pero para mí lo primero eres tú. Así que no vuelvas a hacer lo que has hecho. Sabes que cuentas conmigo para todo, Vanesa.

-Sí, lo sé. Estuve a punto de ir a emborracharme, pero finalmente decidí perderme con la moto por ahí para despejarme un poco.

-Llegas a irte a beber y te mato. Menos mal que no lo hiciste. Te necesitamos enterita, Vanesa, no borracha. Por cierto, el juez nos ha dicho a todo que sí, por lo que ya hemos pinchado el teléfono del padre por si se pone en contacto con él, aunque lo dudo, ese tipo ya no se pondrá más en contacto con su padre si sabe que lo estamos buscando. Vamos a registrar la casa, y además Álvaro ya está en busca y captura.

-De puta madre. Pero eso significa que él ya estará al tanto de que lo estamos buscando, puesto que los medios de comunicación ya sabrán a quién estamos buscando, y te doy la razón, no creo que contacte con el padre.

-Sí, Vanesa. Ahora se trata de dar toda la difusión posible a la población. Así que sí, a estas alturas él lo debe ya de saber. Él estará escondido por alguna parte.

-Cojonudo. Espero que recibamos ayuda ciudadana, pero veraz, no que nos digan que lo han visto en mil sitios diferentes a la misma hora. Eso me repatea, joder. No estamos para perder el tiempo. Un asesino anda suelto y sólo tenemos que encontrarlo, pero cualquier vecino, para llevarse la palmadita en la espalda nos dará información falsa, ya lo verás.

-Lo sé. Y por cierto, ya puedes pasarte por el anatómico. Olivia quiere hablar con nosotros. Me llamó hace rato.

Vanesa había cambiado de opinión. Ya no tenía claro que ella quisiera que Olivia la viera en esas condiciones tan deplorables. No se encontraba en su mejor momento y la forense con lo aguda que era, se daría cuenta de eso. Y ella no quería darle pena ni que pensara de ella que era una mujer frágil, así que se le quitaron las ganas de ir a verla.

Malasaña I. (5° Historia)Where stories live. Discover now