Capítulo 65. Más información sobre Álvaro.

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Vanesa salió del sótano y se dirigió al comedor para hablar con el señor Martínez. Necesitaba que le aclarara alguna duda que tenía sobre su hijo.

Cuando ella llegó al salón, divisó de lejos al señor Martínez en su silla de ruedas y mirando hacia la ventana, pero conforme se iba acercando a él, pudo ver que éste tenía la mirada completamente perdida. Con todas las personas que había allá afuera y el hombre no era capaz de centrar la mirada en nada ni en nadie en especial. Vanesa supuso que el hombre estaría aún digeriendo todo lo que estaba pasando en su propia casa, y por culpa de su único hijo. Sin él comerlo ni beberlo, su casa estaba repleta de policías, revolviendo todas sus pertenencias y accediendo a toda su intimidad.

-Señor Martínez, ¿Cómo está?¿Podemos hablar un momento?- Le preguntó Vanesa sin alzar la voz, a pesar de todo el ruido y barullo que había en ese momento en esa casa.

-Sí, claro, inspectora. Por cierto, ¿Sabe cuándo se van a ir todos de mi casa?- El señor Martinez tenía el rostro desencajado y mostraba un semblante triste y muy apagado - estoy muy cansado, ¿Sabe? Ya no puedo más con todo ésto.

-Me lo puedo imaginar. No creo que tarden ya mucho mis compañeros. Creo que les falta revisar el jardín. Quédese tranquilo. Por cierto, su ex mujer, ¿Es rubia? ¿No tendrá alguna foto de ella?

-¿A qué viene esa pregunta? Sí. Creo que alguna foto guardo - Álvaro se acercó a la cómoda y buscó alguna foto de la mujer en el álbum donde tenía todas las fotos familiares. Encontró una donde la mujer salía muy joven. Y se la dio a Vanesa.

-Gracias - Vanesa miró la foto, y en efecto, la mujer también era rubia - sabe, hemos intentado localizar a su ex y nada, como si la tierra se la hubiera tragado. Seguramente hasta se haya cambiado el nombre y viva en el extranjero.

-Ojalá el mal nacido de mi hijo no existiera. ¿Para ésto traes a un hijo al mundo? Encima mi ex mujer viviendo su propia vida y dejándome a mí como me ha dejado. No hay derecho. No tengo bastante con quedarme en silla de ruedas que encima me tengo que hacer cargo de un hijo cómo Álvaro.

-Lo siento, señor Martínez. En realidad no puedo ponerme en su lugar, pero puedo imaginarme lo duro que debe ser por lo que usted está pasando con su hijo. Quería hacerle varias preguntas, si está usted en condiciones de poder contestarme.

- Gracias. Lo que yo estoy pasando con mi hijo no se lo deseo a nadie. Dígame.

-Lo sé. Pues verá, lo primero de todo, tengo que decirle que su perro ya ha aparecido.

El señor Martinez palideció. No se esperaba que de repente el perro de su hijo hubiera aparecido, así, sin más.

-¿Cómo? ¿En serio? ¿Él se encuentra bien? ¿Y aparece hoy, de repente?

-No, señor, ha aparecido muerto en el frigorífico que tienen en el sótano. - contestó Vanesa directamente -¿Cómo se llamaba?

El hombre se llevó las manos a su colérico rostro. Tenía ganas de llorar pero se contuvo. Ya lloraría cuando se quedara solo en esa maldita casa.

-Joder...Se llamaba Thor. ¿Ha sido mi hijo?¿Lo ha matado él?¿Ha aparecido algo más?- Preguntó el hombre muerto de miedo. Una cosa era que apareciera su perro muerto y otra el cuerpo de alguna pobre joven.

-Lo siento mucho, aún hay que hacerle la autopsia a Thor y ver si ha sido asesinado. Creemos igualmente que su hijo sí lo mató. Y de momento quédese tranquilo, no ha aparecido nada más. Pero sabemos que su hijo sí tiene que ver con las muertes de Isabel y de Pilar.

-Espere, ¿La muerte de dos chicas? Joder, ustedes me hablaron de una chica, la que desapareció hace seis meses. Mecagüen la puta...Si mi hijo tiene algo que ver en esas muertes...-El rostro del hombre estaba desencajado.

Malasaña I. (5° Historia)Where stories live. Discover now