Capítulo 57. De nuevo en la cantina y de nuevo hablando de Olivia.

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Mientras los policías hablaban, el camarero les sirvió el desayuno que habían pedido. Huevos revueltos, algo de dulce, zumo de naranja y café bien caliente. Así sí podían empezar con mejor pie el día. Necesitaban recargar las pilas y qué mejor que llenando sus estómagos vacíos y revueltos por lo que acababan de presenciar hacía un rato.

-Joder, qué bien se come en esta cantina - dijo García mientras masticaba los huevos revueltos que se había llevado a la boca.

-Por algo repetimos.¿No crees?

-Sí, y Pepe, que es un gran hombre. Por cierto, ¿Cómo estás, Vanesa?

Vanesa miró fijamente a su compañero mientras se llevaba comida a la boca.

-Estoy perdida, jodida, angustiada, con miedo y rabia a la vez, no sé, como un poco de todo. Después de haber encontrado otro cadáver creo que es completamente normal que ahora mismo no esté en mi mejor momento. Y no me gusta sentir lo que siento. Me gusta controlar todo lo que ocurre a mi alrededor. Y ahora mismo no tenemos nada de nada y el puto asesino se nos escapa.

García sopesó sacar ya el tema de Olivia. Él creyó que era buen momento para hacerlo. Así que no se lo pensó dos veces y sacó el tema sin más preámbulos.

-Vanesa, ¿Sólo te preocupa el cuerpo que hemos encontrado, y por consiguiente, que el asesino siga matando? ¿O hay algo más que te está perturbando?

La inspectora miró a su amigo incrédula. Ese hombre la conocía a la perfección. En buena hora se había echado de amigo a alguien tan sumamente perceptivo y sensible.

-¿Qué quieres decir?¿Por qué no vas al grano, García? Sabes que no me gusta que te andes con rodeos.

-Perdona, Vanesa, tienes razón. Me recuerdas a tu madre, tan directa. ¿Tiene algo que ver Olivia en tu estado de ánimo?

A Vanesa se le escapó una sonrisa forzada y amarga. Joder, no podía tener secretos con su compañero. Lo mejor sería ser sincera con él y dejarse de tonterías.

-Sí, puede ser, García. Puede ser que ella sí tenga algo que ver con que yo esté así.

-Joder, lo sabía. ¿Me vas a contar o tengo que sacarte información con sacacorchos?

-Ayer dormimos juntas - soltó la inspectora a bocajarro. Esa respuesta le impactó tanto al policía que casi se atraganta con lo que llevaba en la boca.

-¡Dios!¿Qué dijiste?- Le preguntó el hombre totalmente incrédulo. Olivia no quiso contarle con más profundidad lo que pasó entre ellas y Vanesa se lo soltó así, sin más.

-Lo que has oído, García. Que dormimos juntas. Fuimos a dar una vuelta en moto porque Olivia me lo pidió. A mí me pareció buena idea. Así que por el camino comenzó a llover. Entonces regresamos a la ciudad. Y cuando la dejé ya en su casa, me dijo de subir con ella para cambiarme la ropa, ya que estaba totalmente empapada y si me iba así en moto a mi casa lo más fácil es que pudiera coger un buen resfriado o algo peor.

-Joder, me dejas de piedra. Mira que le pregunté a ella...Y no soltó prenda.

-¿En serio le preguntaste y no te dijo nada?-Vanesa se acababa de dar cuenta que había metido la pata completamente. -Creo que la he cagado.

-No, tranquila, ella quería contarme pero creyó que si me contaba, tú te enfadarías. Pero vamos, Vanesa, soy vuestro amigo, tarde o temprano una de las dos iba a hablar e iba a terminar por enterarme de lo que hay entre vosotras. Además...Ya sabes que yo ya dije, cuando os conocisteis y vi lo que vi, que iba a ocurrir algo entre vosotras. Así que no me estoy enterando en realidad de nada nuevo. Yo sabía que tarde o temprano iba a pasar algo. Y si te soy sincero, me alegro muchísimo por vosotras.

-Gracias García. No esperaba menos de ti.

-Vanesa. Os conozco a las dos y sé que podéis hacer una pareja estupenda. Bueno, estoy seguro que ella sí saldría contigo. Lo que ya no tengo tan claro es que tú quieras algo más con ella que unos cuantos revolcones increíbles y únicos.

Vanesa miró hacia la barra, y luego volvió a mirar a García. Ella quería ser sincera con él. Era el único que la podía entender y el único que podía ayudarla. Además era psicólogo.

-Verás García...Creo que Olivia sí me gusta mucho. Desde el primer día que la conocí en la caseta, no he dejado de pensar en ella. Pero estoy fatal, ahora no me la quito de la cabeza. Y desde ayer que nos acostamos, joder, nunca había sentido algo igual. Ni con Sara, créeme. Es algo que no puedo controlar. Porque sé que Olivia es una mujer excepcional, compartimos gustos, y además físicamente me atrae como un imán. Me vuelve loca. Reconozco que tenías razón.

-Vaya, vaya...Eso sí no lo esperaba. Pensaba que sólo ella sentiría eso.

Ahora Vanesa lo miró con cara de asombro.

-¿Ella siente lo mismo por mí?- preguntó la inspectora dudosa.

-Pues claro. Ella se siente muy atraída por ti. Pero cree que la cagó porque te preguntó quién era Sara, ¿Verdad?

-Sí, en realidad la que la cagué fui yo. No ella. No fue una pregunta malintencionada. Sólo quería saber quién era Sara, y cuando me lo preguntó, le contesté que no era su problema y me fui. Así que la traté mal. Tú me dijiste que no la tratara mal y lo hice. Necesito disculparme con ella. Y necesito hablar también sobre lo que pasó entre las dos. Para mí sí fue algo especial. Y he descubierto que no la quiero para un rato, que la quiero para algo más, bueno, en realidad para mucho más. No sé si estoy loca o qué...Pero Olivia me da muy buenas vibraciones. Y si tú hablas tan bien de ella, es porque sí lo vale.

García no se esperaba que Vanesa se abriera con él de esa manera. Pero le sorprendió muy gratamente. Al final iba a salir todo como él quería. Sus dos amigas sentían lo mismo la una por la otra, por lo que ya estaba todo hecho. Sólo era necesario, como había dicho Vanesa, que ésta se disculpara con Olivia y hablaran de lo que había entre ellas. No había nada mejor que ser claras en cuanto a sentimientos.

-Vanesa, entonces tú quieres disculparte con ella, ¿No?

-Sí, claro, ya te lo he dicho. Me gustaría hacerlo. Lo veo necesario.

-Está bien, se me ocurre algo. No tardará en llamarnos para comentarnos cómo fue la autopsia de la chica. Así que...Irás tú a que te cuente, ¿Vale?

Vanesa se puso nerviosa. Ya se estaba imaginando a solas con la forense en la sala de autopsias, y sin casi poder articular ni una palabra. Pero sabía que era la oportunidad que ella estaba esperando, porque más nerviosa le pondría aparecer en casa de la forense o llamarla por teléfono para quedar y charlar. Así que sí, iría ella sola a ver a Olivia. Por lo menos tenía excusa para poder hablar con ella y no se le vería tan desesperada por verla.

-Está bien, García. Iré yo. Gracias.

-¿Gracias? Gracias, ¿Por qué?

-Por lo que haces por mí, por apoyarme y por ser tan sensible.

-Vanesa, no me des las gracias, en realidad vosotras solas vais a hacer lo que tenéis que hacer. Yo sólo os doy un pequeño empujón a cada una u os abro un poco los ojos por si no sois capaces por vosotras mismas de ver lo que tenéis en frente.

-Bueno, igualmente gracias. ¿Nos vamos ya? Ya amaneció y voy a ir ya a ver a la familia de la chica. Y tú vete a ver al juez.

Los policías se levantaron de su asiento, García fue a pagar a la barra y se pusieron los dos a hablar un rato con Pepe. Luego se pusieron sus respectivas chaquetas y salieron de la cantina, ambos con un semblante serio, por lo que se les venía encima a los dos.

Malasaña I. (5° Historia)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora