Bad

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Hay momentos que parecen contener magia por lo irreales que se sienten, son estos momentos los que nos mantienen vivos y a veces los mismos que nos llenan de nostalgia.

Para Chris había sido el momento en que vió a Park Roseanne caminar hacia él con su gran vestido blanco.

Ningún otro día en su vida había sido tan feliz como ese en el que juraron amarse hasta que el último respiro.

Su luna de miel había sido una escapada de niños, cinco días en Disney Land y tres días en Hawaii, realmente era su cuento de hadas y aunque no toda la vida es color de rosa, esos momentos parecían haberse grabado con polvo de estrellas haciéndolos de alguna manera, más perfectos de los que se podrían describir.

El tiempo avanzó y su relación seguía siendo exactamente igual que cuando comenzaron a salir, no se había perdido ni un poco el coqueteo y romanticismo.

Si Roseanne tenía mucho trabajo, él se ocupaba de todo a su alrededor para que ella no se preocupara por algo más, aunque a veces ella llegaba a sentirse una carga, él insistía en que era su deber hacerlo y que ella nunca tendría que cargar con nada sola.

Roseanne siempre cuidaba que su esposo no se sobre exigiera ni cargara de trabajo, aunque ambos eran cuidadosos con sus gastos y se las apañaban para que nada faltará, sabía que el no hacía tanto por dinero sino por su mente y justo por eso le cuidaba tanto, no quería que recayera en los episodios ansiosos de nuevo.

La felicidad de ambos volvía al final del día, que acababa con los relatos de lo que habían vivido, contarse las preocupaciones, darse palabras de ánimo o solo disfrutar el uno del otro.

Entonces las cosas empezaron a mejorar cuando Chris empezó a ganar más, cuando se hizo reconocido como un productor prodigio y entonces pudieron mudarse a la casa que Roseanne siempre había soñado, con un gran patio y una piscina en los cuales planeaba crear recuerdos con sus amigos más cercanos, recuerdos que siempre iban en aumento.

Roseanne seguía siendo feliz, tenía un trabajo que le gustaba, un esposo que la adoraba y una casa soñada, así que un día en un evento de caridad al que fue con él, decidieron compartir de lo que tenian y apadrinar niños.

Siendo Jisung el primero de ellos.

No había un motivo en específico, a Chris sólo se le hizo llamativo y Roseanne que ya había compartido con él, aceptó.

Luego empezaron los viajes, al principio sólo eran tres días o una semana máximo, en ocasiones ella le acompañaba y de esa forma él había disfrutado conocer parte del mundo con el amor de su vida, amaba poder ver el amanecer en cualquier parte del mundo con Roseanne en sus brazos, eso para él había sido su felicidad.

Él también se interesaba por los proyectos personales de su esposa, así que siempre que podía le acompañaba a los eventos de los orfanatos donde ella laboraba, así de poco fueron apadrinando más niños hasta que Rosie solo le habló de Felix ya que el en ese momento estaba de viaje y acordaron que sería el último que apadrinarian por un tiempo, pues el estaba empezando a pasar cada vez más tiempo lejos de casa y de verdad quería poder compartir con sus ahijados en los eventos como lo podía hacer ella.

Pero las oportunidades siempre se posponian hasta que fue el momento de obligarse a tomar un descanso y es entonces donde inició esa aventura que ya estaba cerca de terminar.

Sin haber imaginado nunca que con ella pudiese acabar su matrimonio.

Roseanne durante todo el camino de Gimpo a Seúl sólo se explicó a si misma que era lo correcto, que quizás su tiempo de hacerlo feliz estaba culminando y después de todo, ella siempre tendría a los niños del orfanato dispuestos a recibir su amor. Pero eso solo lo decía queriendo engañarse a sí misma, si su matrimonio acababa, solo volvería a casa de sus padres y se ocuparía de su trabajo, admirando a lo lejos como él seguiría con su vida, como un día saldría en las noticias que se casaría de nuevo y quizás después lo vería ser feliz con un pequeño en sus brazos mientras ella no tendría nada a cambio.

Cuando llegó a casa, los niños estaban en su siesta así que todo estaba tranquilo por lo que no se ocupó en buscarlo, aun no quería hablar con él.

Y claro que Chris sabía que ella había llagado, pero quería darle un poco de espacio aunque su pecho doliera.

No llegué tan lejos para hacerla sufrir...

Había durado toda la mañana pensando en cómo convencerla de olvidar su decisión, pero el sabía que ella no decía las cosas a la ligera o por impulso y el hecho de que piense en el divorcio le hacía doler el corazón porque él no quería a alguien más en su vida, quería a Roseanne y si para eso debía renunciar a su ideal de familia lo haría con seguridad, nunca hablaría más del tema y solo se dedicaría a ella, a su trabajo y a las caridades.

¿No es el sacrificio un sinónimo de amor?, ¿no era necesario dejar algunas cosas a un lado por amor?

Ella lo había hecho en el pasado, cuando se quedaba durante horas a su lado y dejaba de salir y disfrutar solo por asegurarse que estuviera bien, las veces en las que tuvo que pacientemente esperar porque él solo se alejaba de todos por no sentirse bien, si renunciar a la paternidad era el precio por continuar su vida junto a quien amaba, él lo pagaría sin chistar.

I Will never make you lonely, you always be byside me♡
I love you
-R

Suspiró leyendo la nota del post-it de la pizarra, ella se la había dejado una vez en la que él se encontraba lejos de estar bien cuando apenas estaban saliendo, Roseanne en ese entonces no sabía de su ansiedad ni de las terapias, solo creyó que estaba enfermo y también había sido la primera vez que ella le decía que lo quería así que desde entonces había conservado aquella notita junto a las cosas importantes.
En la pizarra se había sumado la foto de la heladería, la cual era la primera que se hacía con los niños.

La adopción más que nunca deseaba que funcione porque por una vez, sentía que todos los medios se estaban agotando.

🎈🎈🎈

-Entonces Jennie dijo que era la pulsera más bonita del mundo y yo le dije que la había hecho yo mismo así que ella me dio un abrazo.-Contó Hyunjin a Roseanne después de acabar la merienda, siempre era el último porque se quedaba dormido.

-Que bueno que le haya gustado el regalo.-Hyunjin asintió sonriente pero, aunque todos estaban jugando por la casa, el sentía ese día que no podía dejar sola a Rosie, aunque no supiera porqué, todos habían notado lo extrañas que estaban las cosas en casa.

-Noona, no quiero que estés triste porque tengamos que irnos... El orfanato es nuestra casa y aunque los queremos mucho, sabemos que tenemos que volver.

-Es el trabajo lo que me tiene así, no te preocupes por nada Hyunjinnie.

-Pero es que hyung también lleva todo el día pareciendose a tristeza, ¿olvidaron activar el modo feliz hoy?.-Rosie dejo salir una risita ante la ocurrencia del niño y solo negó.

-Chan solo está cansado, no pienses en nosotros.

-Pero me gusta verlos juntos y felices, es como vivir en una película romántica y hoy no se siente así.

-¡Hyunjin-ah ven a ver esto!.-Gritó Changbin desde algún lugar y solo por eso la conversación que estaba por ponerse incómoda terminó.

El celular le vibró y se apresuró a tomarlo por si se trataba de algo importante.

Love♡

Rosie.
Will never make you lonely,
you always be byside me...
Si la adopción no funciona.
Quédate conmigo, por favor.
No quiero perderte a ti.

No lo hagas más difícil
[borrar]

Releyo de nuevo aquella frase que alguna vez le había dicho y suspiró sintiendo que el pecho le dolía.

Yo tampoco quiero perderte.
Pero no serás feliz.

Dad Chan ↣ Stray KidsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora