Capítulo 3

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Recordad que esta es la versión antigua, la nueva esta disponible completa en mi perfil.

Llegaba tarde a la oficina, pero sinceramente poco me importaba, dejé mis cosas encima del escritorio, con la carpeta en mano me dirigí a su despacho, sin tocar abrí la puerta de golpe llamando su atención.

– ¿Qué forma de entrar es esa?–preguntó mirándome con el ceño fruncido

– ¿Cómo diablos puede pedirme todo esto?–me acerqué ignorándolo por completo– ¿Sin divorcio?–

– No sería bueno para mi imagen que mi esposa me pidiera el divorcio–comentó mirándome fijamente

– Me importa muy poco eso, no puede obligarme a permanecer a su lado toda la vida–me crucé de brazos mirándolo desafiante

– Firmaste un contrato–dijo de lo más tranquilo devolviéndome la mirada desafiante, suspiré asintiendo

– Está bien, estaré atada a usted toda la vida, pero una cosa dejaré en claro...–apoyé mis manos en el escritorio sin dejar de mirarlo– Nunca, me acostaré con usted y mucho menos le daré un hijo, por lo tanto, le sugiero ir buscando una amante–sus ojos brillaron con intensidad

– Eres mía Daniela Moretti, por lo tanto harás lo que yo te diga–dijo con posesividad, se levantó e imitando mi posición sin romper el contacto visual

– No soy un objeto para que haga conmigo lo que quiera–comenté frunciendo el ceño, indignada por sus palabras

– Te compre, así que haré contigo exactamente lo que quiera–rodeo la mesa acercándose a mí con aire intimidante– Si te digo que me des un hijo, me lo darás sin rechistar... Y si quiero que abras esas bonitas piernas, tú, las abrirás–sentí mis lágrimas agolparse en mis ojos, estaba sintiendo mucha rabia e impotencia, sin pensarlo levanté la mano abofeteándolo con fuerza.

Tenía el rostro ladeado, la mejilla algo roja por la bofetada, me miró con los ojos ensombrecidos, cosa que me asusto causándome un estremecimiento, dio un paso hacia mí el cual yo retrocedí, al ver mi acción sonrió de lado con una mezcla de burla y malicia, me sentía una presa ante un gran depredador.

– ¿Te doy miedo?–preguntó dando más pasos, yo negué intentando alejarme de él– ¿Seguro?, Porque yo diría que si–mi espalda chocó contra la puerta, sin borrar su sonrisa, colocó sus manos a ambos lado de mi cabeza, acercó su rostro al mío.

Ladee la cabeza evitando mirarle, di un pequeño salto al sentir la punta de su nariz acariciaba mi cuello, mi piel se erizó al sentir su respiración chocar contra mi piel, mordí mi labio inferior sintiendo aquella sensación en mi estómago.

El teléfono de mi mesa comenzó a sonar, se alejó por completo de mí, su mirada se veía un tanto perturbada, salí de su despacho con rapidez para contestar la llamada, pero esta se había cortado antes de cogerla, solté un suspiro de alivio al escuchar la puerta cerrarse, llevé mi mano hacia mi cuello, aún podía sentir sus caricias, me dejé caer en la silla mirando al techo ¿Qué diablo paso ahí?

Durante el resto de la jornada laboral, habíamos evitado tener mucho contacto, algo un tanto complicado debido a que soy su secretaria. Cuando el reloj dio las siete de la tarde, recogí todas mis pertenencias y me fui sin siquiera avisarle, no era lo correcto, pero no quería verlo más por hoy.

Una vez en casa me puse ropa cómoda, bajé al salón y me senté a ver una serie con mis hermanos a la espera de la cena.

Después de cenar comenzamos a jugar todos al Monopoly, en un momento de pausa del juego subí a mi habitación a por el móvil, lo cogí viendo que tenía varias llamadas perdidas, resople al ver que todas era de él, apague la pantalla iba a dejarlo, cuando comenzó a sonar, mordí mi labio debatiéndome entre sí contestar o no.

Entre tus Manos [Versión antigua]Where stories live. Discover now