Especial: Julia & Carlo

11.7K 512 14
                                    

Contemple mi reflejo en el espejo, me veía radiante, mi cabello negro estaba recogido hacia un lado, tenía algunas ondas, el maquillaje estaba perfecto, mi vista bajo hasta el precioso vestido que llevaba puesto.

Era color rosa pálido, la parte superior era tipo corsé con apliques florales al igual que en los bordes de la parte de abajo, la falda estaba hecha de tul, era corte princesa sin llegar a ser voluminoso, escote corazón con tiras.

Sinceramente si alguien hace dos años me dijera que, me convertiría en madre y estaba a punto de casarme, me reiría en su cara con todas mis fuerzas, pues siempre jure, nunca convertirme en esas cosas, pero la vida da tantas vueltas que aquí me encontraba, a punto de darle el sí quiero al padre de mi preciosa hija.

– ¿Lista?–miré a través del espejo a Daniela, mi mejor amiga, mi hermana, sin ella no hubiera superado tantas cosas malas en mi vida

– Eso creo–contesté sintiéndome nerviosa, se acercó a mí, me cogió de las manos mirándome con una sonrisa

– Eres la novia más hermosa del mundo, no sabes lo feliz que estoy de verte enamorada, con tu propia familia–se le escapó una lágrima la cual limpio rápidamente, sentía las mías a punto de salir

Iba a decir algo más, pero unos toques en la puerta nos hizo mirar hacia esta, por ella apareció la madre de Daniela, aquella mujer que me trato como un miembro más de su familia, la adoraba, en sus brazos estaba mi pequeña Nicola, ya tenía un año de vida... Era preciosa, su cabello negro como el mío y esos ojos verdes tan impresionantes, eran idénticos a los de Carlo.

– Chicas, vamos, el novio se impacienta–comentó con una sonrisa.

Caminaba al altar del brazo de Leandro, a cada paso que daba sentía como si mil mariposas me recorrieran por dentro, los nervios aumentaban, mis ojos estaban clavados en Carlo, estaba guapísimo vestido con ese esmoquin negro, tenía una sonrisa radiante, su cabello castaño bien peinado, al llegar Leandro le ofreció mi mano la cual cogió con delicadeza.

– Te entrego a mi otra hija, espero que la cuides bien–lo miré enternecida

– Lo haré, que no le quepa duda de eso–él asintió, beso mi frente, se dio la vuelta para tomar asiento– Estás hermosa–dijo besando mi mano

– Tú estás guapísimo–

Tenía mis manos alrededor sé su cuello, él tenía las suyas sobre mi cintura, bailábamos al son de "Thinking out loud" de Ed Sheeran, estaba siendo nuestro primer baile, como marido y mujer.

Amaba esa canción, me la dedico el día que me confesó sus sentimientos, fue uno de los mejores días de mi vida, junto al nacimiento de Nico y ahora nuestra boda, me alejó sin soltarme de la mano, me hizo dar una vuelta, volvió a tirar de mí hacia él atrapándome entre sus brazos, comenzó a darme besos en la cara haciéndome reír.

Con reticencia me despedía de Nicola, sería la primera vez que me separaría tanto tiempo de ella, pero no podía venir a la noche de bodas, además después nos iríamos al aeropuerto para la luna de miel en Canadá.

Subimos hasta la última planta del hotel donde se celebró la fiesta, salimos del ascensor riendo, no habíamos podido parar de besarnos en todo el trayecto

– Oh, espera, tengo que hacer una cosa–dijo haciendo que lo mirase confundida, sin que lo esperara, me cogió en brazos al estilo princesa, camino conmigo hasta la habitación, se quedó contemplando la puerta un segundo, después a mí– No saqué la llave del bolsillo–comencé a reír negando con la cabeza ante la situación, como pude la saqué del bolsillo de su chaqueta.

Con cuidado me dejó en la cama dándome un beso, se alejó acercándose a la botella de champán que había, lo sirvió en las copas, se acercó a mí entregándome una.

Rápidamente las prendas entre nosotros habían desaparecido, sus dientes mordían mi cuello con algo de fuerza, pero aquello me encantaba, deslicé mi mano por su torso hasta que llegue a su entrepierna, con una sonrisa traviesa agarre su miembro el cual se encontraba totalmente erecto, me miró con picardía, atrapo mis labios en un beso apasionado el cual correspondí.

Sus lentas embestidas las sentía como una deliciosa tortura, me sentía deseosa de más, quise llevar mis manos hacia mi clítoris, pero, me había atado las manos a la cama, le miré con súplica, él solo sonrió dándome una fuerte estocada, que me arranco un gemido, volvió a darme otra, el placer comenzaba a ser enloquecedor

– Por favor, más rápido–supliqué entre jadeo

Su agarre en mis muslos se hizo más fuerte, el ritmo aumento drásticamente, con cada embestida un gemido salía de mis labios, me aferré a las cuerdas sintiendo que saldría volando de tanto placer, la tensión llegó a mi cuerpo junto a una gran sacudida, un fuerte gemido escapo, había llegado al orgasmo... Unas embestidas más y él se desplomó encima de mí.

Solo se escuchaba nuestras agitadas respiraciones, con cuidado me desato las manos, me dolían un poco, pero no me importaba, había sido algo nuevo y me encanto, de forma sorpresiva sus labios se posaron sobre los míos, sonreí un poco devolviéndole el beso con todo el amor, que él me hacía sentir.

Nos quedamos en silencio mirándonos el uno al otro, lo ama con locura, él me había cambiado, me hizo amarlo, odiarlo y volver a amarlo, no me arrepentía de haber pasado por todo eso, juntos superamos nuestros miedos, juntos nos hicimos más fuertes, pero eso ya... Es otra historia que contar.

Entre tus Manos [Versión antigua]Where stories live. Discover now