Capítulo 49

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Tanto Julia como su pequeña ya habían vuelto a casa, el tiempo paso rápido, tanto que antes de darnos cuenta, ya era 24 de diciembre, nos habíamos reunido todos en nuestra casa para celebrar la navidad, miraba todo con una sonrisa, era un ambiente realmente maravilloso, todos estaban felices, era una estampa fantástica.

– ¿Qué piensas tanto?–preguntó Julia sentándose a mi lado

– En lo maravilloso que es esto, todos felices, mi matrimonio va mejor que nunca, incluso mira–señale a este y a mi hermano hablar– Pareciera que jamás supo sobre el contrato–

– Todo es bueno, pero sé que algo te ocurre, ¿Qué es?–la miré unos segundos, le hice una señal para que se acercara, una vez que se acercó susurré en su oído, ella me miró sorprendida, hice un gesto de que guardara silencio, asintió volviendo su vista al frente.

Tenía la cabeza de Fabrizio cabeza encima de mi vientre, acariciaba sus cabellos con suavidad, estábamos en absoluto silencio, me dio un beso en este, fue ascendiendo hasta llegar a mis labios, los atrapó en un suave beso cargado de amor, pasé mis manos por su cuello.

– Una de muchas navidades juntos–susurró apoyando su frente en la mía

– Por supuesto que si–ambos reímos levemente– Tengo una cosa que darte–dije poniéndome seria, él me miró algo confundido, asintió colocándose a mi lado

Me levanté de la cama, fui hasta el vestidor, me adentre en este abriendo uno de los cajones, rebusqué en el fondo hasta que encontré una cajita de regalo color turquesa, lo cogí volviendo a la habitación, me senté ofreciéndosela

– ¿Me das ya mi regalo de navidad?–cuestionó con una sonrisa

– Bueno, técnicamente ya es navidad–dije señalando el reloj que marcaba la una de la mañana, negó con la cabeza abriéndolo, de repente esta desapareció

– Tú...–me miró impresionado, dejó el regalo a un lado y me abrazo con fuerza

– Feliz navidad mi amor–comenté riendo

– ¿Desde cuándo?, ¿Cómo?–preguntó de forma torpe, jamás lo había visto así, eso me impresionaba

– Tengo casi tres semanas, dejé de tomarme los anticonceptivos cuando nació Nico...Y ¿De verdad debo explicarte como hicimos un bebé?–dije con burla a lo que el negó con la cabeza–

– ¿Por qué no me lo dijiste?–cuestionó mirándome con felicidad

– Quería que fuera una sorpresa–

– Lo ha sido, sin duda–coloqué mis manos en su rostro atrayéndolo hacia mí, besé la punta de su nariz, seguido de sus labios.

Después del beso, se puso a gritar la noticia como un loco despertando a todos, al enterarse del que ocurría las felicitaciones no se hicieron esperar al igual que los abrazos y lágrimas de mi madre, con esa felicidad en el cuerpo diciembre acabo dando la entrada a enero junto a las náuseas.

Iba a abrir la puerta del despacho de Fabrizio cuando esta se abrió de golpe, su secretaria salió corriendo echa un mar de lágrimas, suspiré mirando dentro, él pobre tenía café en toda la camisa y en el escritorio, me mordí el labio recordando que a mí me había pasado lo mismo

– ¿Una camisa nueva?–cuestioné con una sonrisa sacando una que casualmente había comprado antes

– Eres mi salvación, sin duda–se levantó desabotonándosela, se acercó a mí dándome un corto beso en los labios

– ¿Qué ha pasado?–

– Que es una inútil, eso pasa–tiró la camisa manchada a la silla con enfado–

Entre tus Manos [Versión antigua]Where stories live. Discover now