Capítulo 29

12.6K 629 21
                                    

Pov Fabrizio

Contemplaba la ciudad desde el ventanal de mi despacho sintiendo un fuerte ardor en el pecho, hacia un mes que ella se había marchado llevándose todo consigo, su ropa, su aroma, su calidez...solo me dejo con un gran vacío, sabía que era mi culpa, yo era el único responsable de todo esto.

Suspiré sacando mi móvil del bolsillo, desbloquee la pantalla, todo seguía justo como lo había dejado hacia unos segundos, su número en plena pantalla, moría por llamarla, por escuchar su dulce voz aunque solo fuera para insultarme.

La puerta de mi despacho se abrió de forma abrupta, miré hacia allí encontrándome con Octavia que me miraba con enfado

– Creí que todo estaba más que claro, ¿Qué haces aquí?–cuestioné frunciendo el ceño

– No lo comprendo Fabrizio, nos gustamos, ¿Por qué me alejas?–se acercó a mí, colocó sus manos en mi pecho deslizándolas hasta rodear mi cuello– Ahora que ella no está, podemos intentarlo–el tono de su voz era sugerente, melosa, intento besarme, pero me eche hacia atrás alejándome

– Algo entre nosotros jamás podría sucederá–

– ¿Por qué no?, yo te amo–cuestionó en tono afligido, sonreí de lado mirándola con frialdad–

– Tu amas mi dinero–coloqué mis dedos en sus labios acariciándolos suavemente, me incline sobre ella, vi como cerraba los ojos esperando un beso– Y porque no me interesan las mujeres vacías, como tú–susurré alejándome con una sonrisa burlona

– ¿Y porque le has hecho creer a tu esposita que si te intereso?–

– No es tu maldito asunto, ahora, acepta el cheque que te he dado por tu silencio...y lárgate de mi vida–la miré con frialdad, apretó los puños acercándose a mi otra vez

– Haré que ella jamás vuelva contigo, aunque si es lista...no lo hará después de escucharnos–sonrió con malicia

Camino hacia la puerta, antes de que saliera por esta, agarré su muñeca evitando que saliera, cerré la puerta de un portazo, la apoyé con poca delicadeza sobre esta, coloqué mi mano en su cuello sin ejercer presión

– Mucho cuidado Octavia...no me provoques o de lo contrario, te verás envuelta en una situación poco agradable–sentí como tragaba saliva, en sus ojos vi miedo

– ¿Me estas amenazando?–

– Es una advertencia–nos quedamos en silencio mirándonos– Ahora hazme caso y lárgate–la solté con brusquedad, me miró un instante, se dio la vuelta marchándose casi corriendo.

– ¿Creí que te habías deshecho de esa mujer?–cuestionó Carlo entrando

– Lo he hecho ahora, si sabe lo que le conviene, no volverá–asintió sentándose en uno de los sillones, nos quedamos en silencio, mis ojos se desviaron hacia la fotografía que había encima de mi mesa, era del día de la boda, se veía tan hermosa

– Fabrizio... ¿hasta cuándo seguirás así?–lo miré sin comprender, el bufo levantándose– Amigo, sinceramente eres un imbécil, pero de los que babean–

– ¿Por qué me insultas?–cuestioné frunciendo el ceño

– Porque eres un imbécil, un testarudo, llevas casi un mes en este estado deplorable, bebes más de lo normal, has vuelto a fumar, te has vuelto más ermitaño de lo que eras, incluso tu humor ha empeorado–me removí incomodo en el sillón– Admite de una vez que amas a Daniela, deja de negarte tus sentimiento, te estas perjudicando a ti y a ella–

– No la amo, ella solo era sexo–decir esas palabras había hecho que mi garganta quemase, sentí una fuerte punzada en mi pecho

– Puedes mentir a quien quieras...pero no a mí, te conozco como la palma de mi mano, lo hago incluso mejor que tú mismo–apoyó sus manos en el escritorio mirándome fijamente– Te enamoraste de Daniela Moretti, el mismo día que ella entro por esa puerta–

Entre tus Manos [Versión antigua]Where stories live. Discover now