Capítulo 28

11.3K 602 10
                                    

Subimos al Pent-house, fuimos hacia la habitación, al abrir la puerta el olor repugnante del perfume de Octavia me revolvió las tripas, suspiré caminando hacia el vestidor, agarré mis tres maletas y con la ayuda de Julia guardamos todas mis cosas.

Una vez con todo guardado me di una ducha y cambié de ropa, no podía salir a la calle en pijama, con cuidado bajamos las maletas por las escaleras, teníamos que darnos prisa, pronto llegaría la señora que limpiaba y no quería preguntas, antes de irme deje encima de la mesa del comedor las llaves del apartamento, las del coche y la tarjeta de crédito que me había dado, no quería nada que proviniera de él

Iba a quitarme los anillos, me quedé contemplándolo unos minutos, suspire quitándomelos, los guarde en el bolsillo de mi abrigo, me di la vuelta caminando hacia la salida.

Una vez en casa de Julia, me instale en la otra habitación que tenía, cuando acabe salí al salón viéndola mirar por la ventana de forma ausente con una taza en la mano, me acerqué sentándome a su lado

– ¿En qué piensas?–

– Mañana saldremos de dudas con respecto al embarazo–comentó soltando un largo suspiro– Si resulta que lo estoy... No sé qué hacer, quedármelo y criarlo, darlo en adopción, o simplemente... Abortar–nos quedamos calladas unos instantes

– Elijas lo que elijas, yo te apoyaré, pero Carlo tiene derecho a saber esto–ella me miró un instante, para volver su vista a la ventana

– No creo poder darlo en adopción, muchos niños no caen en buenos hogares, otros nunca son adoptados–agarré su mano haciendo que me mirase

– Si decides quedártelo en caso de un embarazo, yo estaré a tu lado apoyándote y queriendo a ese pequeño con todo mi ser–ambas sonreímos, se apoyó contra mí, la abrace intentando dejar la mente en blanco.

El día pasó tranquilo, el problema llegó al caer la noche, mi móvil comenzó a sonar sin parar, era Fabrizio, por la hora ya estaría en casa, suspiré quitándole el sonido, no iba a contestar, no quiero saber de él.

Cenábamos tranquilamente cuando el timbre del apartamento sonó con insistencia, suspiré sabiendo que era él, iba a levantarme, pero Julia me lo impidió con un gesto, ella se levantó y con calma fue hacia la entrada

– Que salga de inmediato–exigió con enfado

– No quiere verte–

– Me importa una mierda, es mi mujer–temblé ante el tono hostil que utilizo

– Oye no te he dado permiso para entrar–se quejó Julia, escuché sus pasos acercarse a toda velocidad, miré en esa dirección, me encontré con sus ojos brillaban con gran ira

– ¿Qué haces aquí?–pregunté levantándome

– Nos vamos, ahora–ordeno causándome un escalofrío, negué con la cabeza

– No me voy contigo–

– Daniela, no me hagas llevarte por la fuerza–dio un paso hacia mí el cual retrocedí

– Ni por la fuerza, ni por las buenas, no me iré de aquí–dije intentando ser firme, aunque por dentro me sentía asustada por sus ojos, su tono de voz y su postura

– El contrato–

– No lo estoy incumpliendo–lo interrumpí– Sigo casada contigo, pero en ninguna parte dice, que debo convivir bajo el mismo techo que tú–apretó los puños, tenía tensa la mandíbula y la vena de su cuello comenzaba hincharse– Así que vuelve a tu pent-house para seguir tirándote a Octavia sin molestia alguna–

– ¿Por qué?, ¿Por qué tuviste que enamorarte?, ¡¿Por qué?!–gritó rabioso pasando su mano por el cabello desesperado

– ¿Crees que yo quería enamorarme de ti?–cuestioné afligida– Pues no, solo sucedió porque mi corazón no es de piedra, como el tuyo, él siente y sufre... Cada vez que la escuchaba gemir, cada vez que te acostabas con ella en la misma cama donde tú...–mi voz se rompió, cerré los ojos respirando hondo– Todo eso y más cosas hacen que mi corazón sufra, así que te lo pido Fabrizio, déjame alejarme, porque no creo poder seguir resistiendo el dolor a tu lado–limpie las lágrimas de mi rostro con las manos mirándolo, por un segundo jure ver culpa en sus ojos, pero rápidamente desapareció

Entre tus Manos [Versión antigua]Where stories live. Discover now