Entre tus Manos [Versión antigua]

Capítulo 46

Pov Daniela

– Deja de dar vueltas, me mareas–suspiré mirando a Julia

– No puedo parar, estoy intranquila, mira la hora que es y Fabrizio no ha regresado, además... ¿Realmente lo ha matado?–

– ¿Qué pasaría si lo ha hecho?–cuestionó mirándome con seriedad, me quedé callada sin saber que decir– ¿Lo dejarías?–

– No lo sé, y eso me aterra por completo–dije sintiendo una fuerte opresión en mi pecho, escuché la puerta de entrada cerrarse, unos pasos acercándose, me giré encontrándome a Fabrizio con el rostro serio, lo contemple de arriba abajo en busca de algún indicio de sangre, pero estaba impoluto, un silencio pesado se instaló en el ambiente, quería preguntar, pero nada salía de mi garganta

– Sigue con vida–esas palabras hicieron que sintiera un gran alivio abandonar mi cuerpo, suspiré caminando hasta él abrazándolo con fuerza– Pero...no sé–llevé mi mano a su boca callándole de inmediato

– Solo me importa saber que está con vida ahora, si después muere o no, ya no me importa–él asintió dándome un beso en la frente

– Iré a darme un baño–dijo soltándome, vi como subió las escaleras, suspiré mirando a Carlo quien estaba abrazado a Julia

– ¿Qué pasó con Santoro?–miró su reloj de muñeca

– Deberías poner las noticias y lo sabrás–lo miré algo confundida, pero fui hacia el salón encendiendo la televisión, busqué un canal hasta que encontré uno en el cual justo comenzaron a hablar de él

– El comisario de la policía, Franco Santoro ha sido detenido esta tarde, después de que salieran a la luz por una fuente anónima, unos documentos en los que le incriminan en diversos delitos, en los que se encuentra el fraude fiscal, sobornos, abuso del cargo policial, malversación de caudales públicos, tráfico de armas y de drogas–pasaron unas imágenes de él esposado siendo metido en un coche

– ¿Está metido en todo eso?–cuestioné mirando a Carlo anonadada por lo dicho

– No, la mayoría de delitos dichos son de Santoro, menos el fraude, el soborno–asentí volviendo mi atención a la televisión

– La fiscalía ha pedido para él la retirada del cuerpo de policía, y la máxima pena de prisión para él–la noticia sobre el ahora ex comisario cambio a otra, suspiré pasando una mano por mi cabello

– Será mejor que nos marchemos, también quiero darme un baño–comentó Carlo levantándose, asentí acompañándolos hacia la salida donde nos despedimos.

Entré en la habitación la cual estaba vacía, me acerqué a la ropa que estaba en uno de los sillones, agarré su camisa blanca en la cual había algunas salpicaduras de sangre que no había notado antes por su abrigo, suspiré dejándola en su sitio, dirigí mis pasos hacia el baño, empuje un poco la puerta la cual estaba abierta, mordí mi labio apoyándome en el marco de la puerta contemplando como caía el agua por su espalda.

Fui desnudándome mientras me acercaba, abrí la puerta de cristal metiéndome en la ducha, pasé mis manos acariciando su espalda haciendo que se girase mirándome sorprendido, sonreí pasando mis manos por su cuello, me puse de puntilla dándole un corto beso en los labios.

– ¿Qué pretende mi traviesa?–

– ¿De verdad tengo que decírtelo?–cuestioné con una sonrisa coqueta, pasó sus manos por mi cintura pegando su cuerpo al mío

Negó inclinando su rostro hacía el mío, atrapo mis labios entre los suyos en un beso apasionado el cual correspondía con la misma intensidad, me apoyó contra la pared, un escalofrío recorrió mi espalda al chocar contra las frías baldosas, sus manos viajaban por todo mi cuerpo acariciándolo.