Capítulo 32

12.1K 582 9
                                    

Al entrar en la habitación lo vi acostado en aquella cama, con una máscara de oxígeno, se veía pálido, ojeroso, verlo así algo en mí se removió con cierta culpabilidad por haberme ido ayer, giro su cabeza en mi dirección, sonrió débilmente, me hizo una señal con la mano para que me acercase, suspiré haciéndolo

– ¿Cómo estás?–cuestioné dejando mis cosas en el sillón que estaba al lado de su cama, se quitó la máscara

– ¿Por qué te fuiste?–su voz salió ronca

– Ya tenías quien te cuidara, así que me fui a casa–dije encogiéndome hombros con falsa indiferencia, suspiro cogiéndome de la mano

– Mi amor tú–

– No soy tu amor–comenté interrumpiéndolo, soltándome de su agarre, sus ojos se desviaron detrás de mí

– Iré fuera a esperar a la policía–comentó Carlo saliendo de la habitación, una vez solos, volvió a cogerme de la mano haciendo que me inclinase hacia la cama

– Eres mi amor, mi cielo, mi mundo, mi vida–dijo con la voz algo ronca, mordí mi boca por dentro, para intentar controlar mis emociones ante sus palabras

– N... No digas bobadas–carraspee nerviosa soltándome de su agarre– ¿Por qué vendrá la policía?– cuestioné alejándome de la cama sin mirarlo

– Investigan el atentado que sufrí–asentí, suspirando sentándome en el sillón

– ¿Quién podría hacer una cosa así?, no lo entiendo–

– Tengo una idea de quien, pero no puedo demostrarlo... Aun–dijo serio en un tono frío

– ¿Quién?–

– Constantino De Rosa–

– ¿Tu tío?–pregunté sorprendida a lo que asintió– ¿Cómo puedes estar seguro?–

– Ese hijo de perra me quiere muerto, por negarme a darle dinero, además me guarda rencor por lo que le hice en el pasado–

– ¿Se lo dirás a la policía?–cuestioné a lo que negó con la cabeza– Fabrizio, ese hombre debe estar en la cárcel, si de verdad ha sido él, es un peligro que este suelto–dije acercándome a él con preocupación

– Puede que tú, estés en peligro–

– ¿Yo?, ¿Por qué?–

– Intentara hacerme el mayor daño posible, ya contrate unos hombres que custodiaran a Isabella y las niñas, contrataré para ti también–

– No quiero a alguien siguiéndome todo el día–me queje cruzándome de brazos

– Daniela... Esto es peligroso, si él decide hacerte daño–se quedó callado unos segundos, su mirada se ensombreció– Si él llegara a hacerte algo, enloquecería–me estremecí ante el tono hostil de su voz

– Será mejor que me vaya–dije caminando poniéndome de pie, agarré mis cosas, su mano en mi muñeca me impidió poder marcharme

– Por favor quédate–pidió mirándome con súplica

– Lo siento, pero no quisiera cruzarme con tu amante–

– No es mi amante–me giré mirándolo sin creerme sus palabras

– ¿Y por qué apareció aquí ayer?–cuestioné cruzándome de brazos

– No sé porque apareció aquí, pero no volverá a aparecer delante de nosotros–asentí suspirando

– ¿No temes que pueda ir a la prensa a contar lo sucedido?–

– No lo hará–

– ¿Cómo estás tan seguro?–

Entre tus Manos [Versión antigua]Where stories live. Discover now