CAPÍTULO 7

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Cuando Max llegó por ella, este se mordió el labio inferior para no reír, mientras su amiga se subía a la moto. No quería tentar a su suerte y que le arrancara el otro hombro. Sin decir nada y sabiendo como ponerla de buen humor, salieron juntos en la mitad de la noche.

Melissa se dio cuenta de qué ese no era el camino para su casa, pero como era Max no le importó, necesitaba distraer su mente y Max sabía bien cómo hacerlo.

Al doblar por la variante, Melissa se dio cuenta de inmediato a donde se dirigían, y una sonrisa le iluminó el rostro. Pero luego al acordarse de algo, se acercó al oído de Max y le dijo:

― No estoy vestida para eso hoy.

Max asintió con a cabeza y gritando para que esta lo escuchara le dijo:

― Tranquila, que yo te he traído algo.

Al escucharlo, se abrazó a su espalda feliz, hace mucho tiempo que no lo hacía y estaba encantada de hacerlo hoy.

Antes de llegar, Max detuvo la moto y bajándose le entregó a Melissa una bolsa, de inmediato esta se cambió, mientras Max vigilaba que no viniera nadie.

Cuando por fin estuvo lista con su traje, se volvieron a subir en la moto y se dirigieron al lugar. La multitud era mayor de la que esta esperaba, ya tenía tiempo de no venir y las carreras clandestinas ya sonaban un poco más en la ciudad. Aunque eso no era cien por ciento bueno, ya que podía llegar más fácilmente a oídos de la policía.

Con una rara sensación tocándole la piel, Melissa suspiró y decidió ignorarlo, ya disfrutaría del momento y olvidaría lo que acababa de pasar, así que al pasar por la multitud y llegar a la taquilla, ambos se inscribieron, Melissa en la de chicas, y Max en la de chicos. Aquí los ganadores de cada grupo compiten juntos, así de que en caso de que ambos ganaran compartirían el premio, igual, solo tenían una motocicleta y al final gane quien gane de los dos, siempre lo compartían.

La felicidad de Melissa no le cabía en el cuerpo, amaba los deportes extremos, las carreras y todo lo que hiciera desprender de su cuerpo adrenalina, pero mientras esperaba a Max con su registro, sintió como su cuerpo se erizaba y como su respiración comenzaba a entrecortarse haciéndola sentir de nuevo incómoda, se sentía observada y eso no le gustó, así que, por instinto, esta tomó su casco y se lo puso de inmediato para ocultar su rostro. No quería ser observada por nadie.

La sensación no desaparecía a pesar de que estaba oculta tras su casco, pero después de pagar y que le entregaran el kit con el número nueve, Max la ayudó a colocarse en la línea de partida y se olvidó un poco de la sensación. Los nervios y la adrenalina que sentía se estaban apoderando de ella, las mujeres eran primero.

Había cinco grupos de diez y al finalizar cada grupo, las cinco finalistas competirán entre sí y se elegirá una, así mismo con el grupo de caballeros y al final los dos finalistas competirán para que un solo ganador se lleve el premio mayor.

Cuando todo estuvo listo todas se subieron a su motocicleta, Melissa la encendió y aceleró en el lugar, mientras sentía como su moto temblaba y su cuerpo hacia lo mismo volviéndose uno. Su corazón comenzó a latir con fuerza mientras la moto rugía y sus ojos no se apartaban de la bandera que marcaba la salida.

En la estancia solo se escuchaban las motos, las miradas de todos estaban puestas en ellas, mientras la bandera de salida poco a poco bajaba dando la carrera por iniciada y segundos después las motos salían disparadas del lugar mientras corrían por las calles de una Cartagena nocturna. Cuyo recorrido ya tenían estipulado el cual era por 10 kilómetros los cuales estaban mascaros con banderas rojas.

La adrenalina que recorría su cuerpo mientras doblaba por las calles, subía los puentes y esquivaba los obstáculos la hacían sentirse viva. Derrapaba con maestría mientras iba pasando a cada competidora que tenía cerca y la sonrisa le iluminaba el rostro al hacerlo.

POR PRIMERA Y ULTIMA VEZ [COMPLETO] LIBRO 2Where stories live. Discover now