CAPÍTULO 27

136 23 8
                                    

Cuando la luz comenzaba a meterse, estos comenzaron a caminar mientras Melissa conocía un poco más la finca. Paredes y arcos de piedra adornaban muchos de los lugares y estaba todo increíble, ese estilo colonial reflejado en cada una de sus piezas hacía ver la hacienda la Victoria como una de las fincas más representativas de México.

Estaban sumergidos en la plática, cuando las gotas comenzaron a caer del cielo, haciendo que ambos comenzaran a correr de vuelta a la casa, pero cuando lograron llegar a la entrada, ya estaban completamente empapados.

Sin pensarlo, Melissa lo tomó del brazo y lo jaló hacia al frente de la casa, las luces de las lámparas que iluminaba la oscura noche hacían que junto a la lluvia todo se viera romántico y especial. Ella no era de esas, no era de las que les gustara lo romántico y especial, pero jugar en la lluvia como en ocasiones lo hacía con su hija, la hizo bajar la guardia e invitar a Tacher hacerlo.

Mientras abría los brazos esta sentía como las gotas de lluvia inundaban su rostro, mientras Tacher al verla feliz se acercó a ella y la besó desprevenida, haciendo que abriera los ojos y se unieran en una sola mirada. Sus labios se entrelazaban mientras la lluvia jugaba a caer en ellos y Tacher experimentaba por primera vez, lo que era besar a una mujer bajo la lluvia.

― Tus labios saben mejor bajó la lluvia, toda tú.

Sus bocas volvieron a pegarse por algunos minutos más, mientras la lluvia bajaba su intensidad. Tacher tomándola de la mano, caminó con ella hacia la casa, mientras la lluvia iba cediendo y dejaba de caer.

Sentados en las escaleras de la entrada comenzaron a hablar de todo mientras se secaban un poco y entraban a la casa. Tacher le contaba la historia de la hacienda en donde fue llamada así en honor a su abuela, la madre su padre, ya que la hacienda venía como herencia de los padres de esta. Melissa escuchaba atenta cada cosa que decía, ya mañana a la luz del día, Tacher le haría un recorrido por todo el lugar.

Recostando su cabeza en su hombro, Melissa cerró los ojos, esta sería la primera noche que pasaría con un hombre, y a pesar de que sentía como su estómago le ardía y las manos ya secas le sudaban un poco a medida que pasaban los minutos, se sentía bien. Solo podía recordar las palabras de Max: ¿Ese hombre acaso no te ha demostrado que también es capaz de dar la vida por tu hija y de hacerlo todo por ti? ¿Crees que te lastimaría? Si crees que todos son iguales recuerda que hago parte de la lista.

Sin poder evitarlo, la pesadez fue cayendo en su cuerpo. Tacher al notarlo sonrió y le dio un beso en la frente.

― Vamos a la cama, mi bella durmiente.

Las comisuras de los labios de Melissa se levantaron subieron y abriendo los ojos, se colocaron de pie y con cuidado entraron a la casa. Como si fueran dos adolescentes subieron de puntitas a la habitación, mientras trataban de contener la risa.

Al entrar a la habitación, Melissa se tomó unos segundos para recorrerla con la mirada, era más grande en comparación a la de su abuelo, cama doble, nocheros, closet, y a un lateral del cuarto un gran piano negro, un estante con libros y algunas pequeñas esculturas y réplicas de monumentos de diferentes países.

Después de darse un rico baño juntos para poder sacar toda el agua lluvia de encima y evitar enfermarse, Tacher solo pensaba que quería poseerla en su cama por primera vez. Al salir del baño, Melissa se colocó su ropa interior y una bata de seda color crema que le había regalado Eli y nunca vio la necesidad de usar por lo delicada que era, pero al estar hoy por primera vez aquí, sintió que era el momento adecuado. Aunque se sentía ridícula.

Después de peinarse su larga melena negra y aplicar el tratamiento que utilizaba sagradamente todas las noches, comenzó a ponerse ansiosa, por lo que mientras esperaba que Tacher saliera del baño, seguía recorriendo la habitación en busca de todo y nada. En el fondo de su corazón sabía, que estaba buscando alguna excusa para no dormir aún.

POR PRIMERA Y ULTIMA VEZ [COMPLETO] LIBRO 2Where stories live. Discover now