CAPÍTULO 8

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Esta no había sido la primera vez que tenían un pequeño accidente. En este tipo de actividades se corren riesgos y ambos los saben, solo no debes perder la cabeza al competir, si se pierde, ya tendrás otra oportunidad de ganar, pero no debes perder tu vida por no pensar.

Esta vez ella ganó porque la caída fue muy cerca de la meta ―pensó.

Melissa abrazó a su amigo cuando dieron la orden de comenzar y segundos después, se fue a un lateral en donde estaban los amigos de Max, y se quedó mirando la carrera, pero sin poder evitarlo, de vez en cuando lo buscaba entre la multitud.

Ella no estaba loca, ella sabía lo que vio ―pensó ― ¿O si lo estaba?

En ocasiones miraba las pantallas por donde se trasmitía la carrera, ya que en cada tramo había cámaras que les mostraba como iban las cosas. Max iba de tercero y mientras derrapaba Melissa gritaba, estaba a punto de pasarse a otro.

Cuando las motos se iban acercando a la meta, Melissa se olvidó de Tacher y se centró en su amigo, mientras gritaba como loca sin quitar los ojos de la pantalla para verlo más de cerca. En la última curva Max derrapó rápidamente y recortando espacio quedó de segundo. Los gritos eran cada vez más fuertes. Cuando iban llegando a la meta, el número 7 que iba de primero, cometió el mismo error que Melissa, pero como Max lo llevaba pegado a los talones, este aprovechó la caída para esquivarlo y cruzar la meta.

Melissa salió corriendo hacia él y por descuidada y acelerada, casi se la lleva una moto, mientras el corazón casi se le sale del susto. Al llegar a Max este la regañó:

― ¿Estás aburrida de la vida hoy?

No haciéndole caso, esta se le tiró encima. Su amigo había ganado.

― Tienes que ganar una más, solo una y esa motocicleta es nuestra.

― No quiero esa motocicleta.

La cara de Melissa cambió.

― ¿Por qué?

― También pueden elegir el dinero ― soltó Beto, que se acercaba a estos.

Los amigos de Max llegaron y todos los saludaron encantados.

― Entré por el dinero, quiero montar mi propio negocio.

Al escucharlo Melissa asintió y sonriendo le dijo:

― Pues vamos por ese dinero.

― Obviamente te daré tu parte ―añadió Max ―. Bueno, si gano.

El grupo seguía charlando mientras se alejaban y les daban paso a los otros grupos.

― No tienes que dármelo, prefiero ser parte de tu negocio.

Max negó con la cabeza al escucharla.

― Pero si todavía no sabes cuál es el negocio.

Melissa sonrío.

― No importa, confío en ti.

Tirando el casco a un lado, Max abrió los brazos y Melissa se lanzó hacia él. Quien no supiera los buenos amigos que son, pensarían que son un par de enamorados. Aunque claro que se amaban, pero como amigos, como familia.

Las carreras se siguieron realizando mientras le daban los últimos retoques a la moto de Max, y cuando este fue llamado a la línea de salida, Melissa le dio la bendición.

― Te esperaré en la meta.

― Todo sea por esa tienda de penes.

Los ojos de Melissa se abrieron al escucharlo.

POR PRIMERA Y ULTIMA VEZ [COMPLETO] LIBRO 2Where stories live. Discover now