CAPÍTULO 15

58 20 0
                                    

Un suspiro salió de su boca y se colocó las manos en la cara. Tacher se acercó a ella y sentándose a su lado le pasó las manos por la cintura, la atrajo hacia él y le besó la cien mientras Melissa se quitaba las manos de la cara y sonreía apenada.

― No quiero que sientas lástima por mí.

Su corazón se detenía y volvía a latir de pronto.

Nunca pensó tener esta conversación con ningún hombre jamás.

Tacher tomó su mentón y movió su cara con delicadeza para que lo mirase.

― Nunca me he acercado a ti por eso, es más, quien me embrujó fuiste tú.

Melisa no pudo evitar sonreír.

― ¿Ahora soy bruja?

Seguro después de lo que acababa de hacer, este podía creerlo ―pensó divertida, pero Tacher dejándola boca abierta, acarició su mejilla mientras sonreía con ternura y le decía:

― Eres la mujer perfecta.

El corazón de Melissa se detuvo y creyó tener lo que era un mini infarto.

Sus frentes se unieron y el oxígeno de su respiración se mezclaba por la cercanía mientras la mente de Melissa no conectaba.

Código rojo, código azul, código verde, código... código.

Comenzó a hiperventilar.

― Tranquila, soy solo yo.

Melissa asentía, pero no abría los ojos, su corazón quería salírsele del pecho.

― No tienes que hacer o decirme nada que no quieras.

― Lo sé. Quiero estar aquí, nadie me ha obligado a venir.

La voz de su conciencia se aclaró la garganta, pero Melissa la ignoró por completo.

Tacher comenzó a darle besos en el rostro con delicadeza y Melissa no pudo resistir tanta intimidad y se colocó de pie.

― Estoy defectuosa y rota por completo―soltó de pronto caminando por todo el lugar―. No soy la mujer perfecta que crees.

Este se puso de pie y acercándose a su oído le cantó:

Eres la chica perfecta, ¿qué más te puedo decir?

Eres la chica perfecta para mí, para mí...

El cuerpo de Melissa se petrificó al escuchar la letra de Melendi.

― No estoy jugando Tacher.

Este la tomó por la cintura y con media sonrisa le respondió:

― ¿Acaso alguna expresión de mi rostro te dice que no estoy hablando en serio?

La seriedad que Melissa vio en la cara de Tacher la asustó y dio un paso atrás.

― Yo solo vine aquí a darte una noche, así que no dramatices.

Necesitaba sacar de la habitación cualquier acto de intimidad que no fuera sexo salvaje y lujuria.

Al escucharla Tacher asintió, él sabía que no sería fácil, pero ya había llegado hasta su habitación y aunque sus palabras le dijeran una cosa, su actuar y su cuerpo le demostraban otras. Así que levantando sus manos hasta su cara le dijo:

― Voy a acercarme a ti.

Con lentitud comenzó a hacer lo que decía y Melissa sonrió.

― No soy una psicópata.

POR PRIMERA Y ULTIMA VEZ [COMPLETO] LIBRO 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora