CAPÍTULO 17

113 20 3
                                    

― No puedo creer que me hayas hecho esto.

Escuchó Max cuando abrió la puerta.

― Antes de reclamarme, deberías estar agradeciéndome.

― Agradeciéndonos.

Vic salía del estudio, acababa de terminar de hacer sus tareas.

Melissa negaba con la cabeza al darse cuenta de lo que era obvio, su hija siempre tenía que estar metida en todo lo que se relacionaba con Max, y ahora con su vida amorosa.

― Antes de que digas nada, quiero que sepas que yo si te doy permiso para irte sin mí, pero solo con Tacher a México.

La cara que puso Melissa hizo que Max soltara una carcajada.

― Ya después hablaré yo con Tacher para que me lleve a mí.

― Hablaremos ―puntualizó Max, mientras Vic asentía.

¿Qué karma estaba pagando ella con esas dos criaturas? ―Se preguntaba Melissa mientras se sentaba en el sillón de la sala.

― Hija, podrías traerme un poco de agua ―le pidió esta para quedarse a solas con Max.

La niña levantó las cejas como ella hizo momentos antes con Tacher.

― ¿Y perderme el chisme? Mejor que vaya Max.

Max se rio.

Vic se rio.

Melissa intentó no hacerlo, pero también se rio.

― La conversación que tendremos será de adultos.

― Las conversaciones de adultos son las más entretenidas ―dijo sentándose al lado de su mamá―. Además, los adultos se complican la vida por todo, y yo solo quiero que ya dejes de complicártela, que por primera vez en tu vida dejes de pensar en mí y vivas, yo quiero que seas feliz.

Tomándola de las manos esta sonrió con tristeza.

― ¿Y quién te dijo a ti que yo no soy feliz?

Vic negó con la cabeza.

― Trabajas todo el día, llegas tarde y cansada, el dinero lo gastas en mis cosas y yo solo te veo reír cuando hago locuras, yo con una vida así no sería feliz.

Lo que su hija acababa de decirle la dejó sin habla.

― Cariño, eso lo dices porque eres una niña, cuando crezcas te darás cuenta de todas las responsabilidades que se tienen cuando se crece, no siempre seremos felices, pero habrá momentos que sí.

Max salió al ataque al ver la cara de Melissa, las lágrimas estaban a punto de salir, pero Vic se le adelantó:

― Pero ella con Tacher es feliz, yo lo sé.

― Eso no te lo voy a discutir ―la apoyó Max.

Melissa negó con la cabeza.

― A ustedes dos juntos no los quiere es nadie.

Los tres soltaron una carcajada mientras Vic colocándose de pie, le dio un beso a su madre y antes de dirigirse al cuarto de Max dijo:

― Necesito que me traigas de México todas las cosas picantes que encuentres, tengo poner a prueba mi paladar con todo ese sabor mexicano.

Melisa asintió con la cabeza mientras la niña salía corriendo del lugar.

― Vic me ha escuchado hablar con Tacher, y no te imaginas lo feliz que se puso cuando se enteró de que estaban juntos.

POR PRIMERA Y ULTIMA VEZ [COMPLETO] LIBRO 2Where stories live. Discover now