puzzle; nouis.

XX. ❝Familia Tomlinson.❞

Estaba sentado en el asiento de copiloto del Jeep de Louis mientras nos dirigíamos a su casa. Estaba realmente nervioso y sin motivo.

Es decir, somos amigos, ¿no? No hay necesidad de estar nervioso, para nada.

No pude evitar mirar a Louis conduciendo. La concentración que su rostro mostraba era admirable, nunca pensé que algún adolescente tuviera cuidado al conducir.

Esa es una de las cosas de las por qué yo no conduzco.

Mirando a Louis —admirando su rostro concentrado, mejor dicho—, me pude dar cuenta de cuánto había cambiado mi forma de pensar y comportarme con él.

Seguía estando nervioso al mínimo roce que se pudiera producir entre nuestro cuerpo. Mejor dicho, estaba nervioso aunque él se encontrara a veinte metros pero que me estuviera observando siquiera.

Mis sentimientos hacía él eran claros. Me gustaba. Me gustaba mucho. Y sólo me había tomado tres días admitirlo. Tres días que se sentían como semanas. Porque había logrado conocer a Louis de una manera más profunda que cualquiera.

Tres días sin Harry y había aceptado mis sentimientos hacia él.

Aunque sabía que eso no duraría mucho. Mañana Harry ya iría a trabajar conmigo y tendría que aguantar el sermón de por qué Louis no es bueno para él.

Claro, le diría que no me importaba. Le diría que Louis me gustaba y que probablemente él le gustara yo. Y Harry tendría que superarlo.

La idea me agotó de tan sólo pensarla. Sería como intentar enseñarle a un burro a tocar el piano. Convencer de que Louis era bueno para mi iba a ser difícil.

Me removí nervioso contra el asiento una vez más. No podía evitarlo. Estaba muy nervioso y sin motivo.

O sí tenía un motivo porque estaba enamora... me gustaba Louis.

Pronto, Louis entró a un condominio de casas privado. Me achiqué en el asiento al ver las enormes casas en las que consistía el hermoso condominio.

El verde de los árboles y el césped predominaba, era un sector muy grande. Había una plaza en medio, con juegos y algunos niños y niñas jugando.

Yo sólo pude pensar: Wow.

Se estacionó en frente de una de las enormes casas y me quité el cinturón, bajándome de inmediato junto a él.

—Tienes una linda casa —murmuré, sintiéndome muy poca cosa. O sintiendo el departamentito en el que vivía muy poca cosa.

—Oh, gracias —murmuró él y caminó hasta la puerta, sacando las llaves y abrió.

—¡Louis William Tomlinson! —comenzó a gritarle, al ya mencionado, una voz chillona, pero sin dejar de ser prudente—. ¡¿Cómo se te ocurre desaparecer de casa sin antes decirlo?! ¡Estábamos preocupadas por ti! —exclamó la voz que cada vez de hacía más cerca

Las mejillas de Louis estaba encendidas. Supe que era su madre al verlo. Nadie se sonroja cuando tu hermano menor te está reclamando.

—¡Dios, Louis, realmente no puedo cre...! —Sus reclamos cesaron en cuanto llegó a la puerta y sus ojos se fijaron en mí.

Sonreí tímido.

Ella parecía entre confundida y emocionada a la vez.

Claro que sí, después de que te hijo ha sufrido de bullying, toda la secundaria le ha hecho la ley del hielo y andan falsos rumores de él constantemente, es obvio que no se lo esperaba.