XLV. ❝Albina.❞

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El sábado llegó rápido, más rápido que cuando me como una bolsa de patatas fritas, si me hacen describirlo.

Louis estaba harto de que Zayn lo siguiera, de hecho, hace dos días pasó algo bastante entretenido, interesante... y triste.

~

-¡Por favor, perdóname! -gimoteó Zayn, de rodillas frente a Louis.

Pude escuchar como el menor bufaba y sabía que rodaba los ojos.

-¡Estoy harto de ti, pedazo de popo! Ya es hora de que me dejes en paz. Nunca jamás te disculparé por lo que me hiciste y me importa un rábano si vuelves o no con Liam, porque mi respuesta va a ser siempre la misma, ¡No! -y así fue como se acercó a Zayn y le dio una bofetada tan dura que su mano quedó marcada en la piel del moreno.

Si hubiera sido por el enanito bardero de Louis, se hubiera quedado pateando y pegándole a Zayn hasta que pierda la conciencia, por lo que lo tomé de la cintura y lo alcé como pude, poniéndome su cuerpo sobre uno de mis hombros mientras este pataleaba y gritaba cosas como "¡Púdrete, cerdo!" "¡Eres la peor escoria del mundo!" "¡Mundano hijo de perra!"

Pero pronto salí de la secundaria y dejé a Louis en el suelo, tenía lagrimas en los ojos y le resbalaban por las mejillas.

Solté un suspiro y lo abracé, para luego separarme un poco y besar cada una de las gotitas saladas que se encontraban esparcidas por el rostro de mi novio.

~

Pero ya eso era cosa del pasado, ¿no? Al menos tengo la certeza de que Zayn no molestará más a Louis.

En fin.

Habían pasado varios momentos lindos desde entonces. Louis y yo habíamos recogido a una perrita de la calle y le pusimos Albina.

Era una cachorrita hermosa, con un el cabello algo descuidado y sucia, pero hermosa.

Entonces la bañamos en mi departamento y le compramos comida, ahí fue cuando decidimos el nombre, más o menos. Cuando tenía el pelo blanco reluciente y no lleno de suciedad.

Me arreglé un poco para la fiesta. Bueno, un poco bastante. La fiesta no era de gala en sí, pero los padres de Charlie siempre andaban vestidos como si de una alfombra roja se tratara y no quería desentonar.

Me puse una camisa blanca y un saco negro, algo muy típico pero funcionaba para mi.

Tomé una corbata azul de entre mis escasas corbatas e hice el mejor nudo que pude al ponérmela.

Sabía que no podía llevar a la pequeña Albina en la casa de los Black, pero no podía dejarla sola. En estos pocos días habíamos creado un vínculo especial, en el que la sentía como mi mascota y ella se estaba bien con eso. Nos llevábamos bien... y era la primera vez que tenía un perro de mascota.

Y era realmente lindo y reconfortante saber que un ser dependía de ti, de que lo sacaras a pasear para ir al baño, a esperarte por su comida y porque le cambiaras el agua. Era algo bastante lindo.

Tomé al cachorro en mis brazos con cuidado, sonriendo al ver los moños rosas que le habían puesto cuando la llevamos a la peluquería. Combinaba con su collar a la perfección.

Decidí que no quería causarle problemas a Charlie, pero que no podía dejar a la pequeña sola.

Entonces le puse su arnés y salimos a dar un largo paseo.

•••

-Sabes que te ves muy extraño pasando a Albina con un traje, ¿verdad? -alzó las cejas Louis mientras se daba impulso en el columpio que había en su jardín.

-Sabes que te ves muy extraño columpiándote con traje, ¿verdad?-sonreí yo.

Louis rió.

Un sonido maravilloso.

-Creo que es hora de ir a la fiesta de Charlie -dijo, parándose del columpio.

-Claro -asentí.

Louis entró a Albina a su casa y luego nos fuimos en su jeep.

puzzle; nouis.Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon